Al menos 56 personas murieron y decenas más resultaron heridas el pasado 1 de diciembre de 2024 en una estampida desatada durante un partido de futbol en Nzérékoré, la segunda ciudad más importante de Guinea. Lo que debió ser la celebración de la final de un torneo en honor al presidente de transición, Mamadi Doumbouya, terminó en un desastre provocado por la frustración de los aficionados tras una decisión arbitral controvertida.
El caos comenzó con el lanzamiento de piedras por parte de los seguidores del equipo visitante, Labé, quienes, enfurecidos, invadieron el césped. La respuesta policial con gases lacrimógenos no hizo más que avivar el pánico, llevando a miles de personas a intentar escapar del abarrotado Estadio 3 de Abril.
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Estampidas humanas: un recuento de tragedias globales
El caso de Nzérékoré es un recordatorio sombrío de cómo el pánico colectivo puede desencadenar tragedias devastadoras, especialmente en actos masivos donde las medidas de seguridad son insuficientes. Esta estampida se suma a una lista de episodios similares a lo largo de la historia, muchos de los cuales comparten patrones comunes de negligencia, sobrepoblación y desinformación.
La estampida en Seúl, Corea del Sur, 2022
La tragedia de Itaewon, ocurrida durante las festividades de Halloween en octubre de 2022, dejó más de 150 muertos en Seúl. La estampida tuvo lugar en un estrecho callejón del distrito, abarrotado por unas 100,000 personas que celebraban el fin de las restricciones por la pandemia. La presión de la multitud provocó caídas y asfixias masivas.
Testigos describieron escenas caóticas, con personas atrapadas sin poder respirar y voluntarios intentando reanimaciones en vano. Aunque las autoridades iniciaron investigaciones y el presidente Yoon Suk-yeol declaró un luto nacional, quedó en evidencia la falta de controles para evitar esta tragedia.
La fiesta de Año Nuevo en Shanghái, China, 2014
El 31 de diciembre de 2014, una estampida en la Plaza Chen Yi, en el Bund de Shanghái, dejó 36 muertos y 47 heridos durante las celebraciones de Año Nuevo. Miles de personas se habían reunido en la histórica área turística cuando, según testigos, el lanzamiento de dinero falso desde un bar cercano desató el caos. La aglomeración en las estrechas calles dificultó el movimiento, causando una presión insoportable en la multitud.
El Hajj en Mina, Arabia Saudita, 2015
El caso de Arabia Saudita refiere a una tragedia ocurrida el 24 de septiembre de 2015 durante el Hajj, la peregrinación anual a la ciudad sagrada de La Meca. Un aplastamiento masivo en Mina, cerca del Jamarat Bridge, donde se lleva a cabo el ritual de la lapidación simbólica del diablo, resultó en la muerte de al menos 2,426 personas, según cifras oficiales de organizaciones internacionales, aunque el número reportado por las autoridades sauditas fue significativamente menor, de 769 muertos y 934 heridos. Este incidente se convirtió en uno de los peores desastres en la historia del Hajj.
La estampida del Puente Al-Ayma, Bagdad, 2005
La estampida del Puente Al-Ayma en Bagdad ocurrió el 31 de agosto de 2005, durante una festividad religiosa chiita, cuando más de un millón de peregrinos se dirigían al santuario del Imán Musa al-Kadhim. Surgieron rumores de un atacante suicida, lo que desató el pánico en la multitud. La aglomeración de personas en el estrecho puente, junto con el caos y la confusión, resultó en una tragedia en la que más de 950 personas murieron y cientos más resultaron heridas. El incidente destacó la falta de control sobre la multitud y las difíciles condiciones de seguridad en Irak en ese momento.
La tragedia de Hillsborough, Inglaterra, 1989
La tragedia de Hillsborough ocurrió el 15 de abril de 1989 en Sheffield, Inglaterra, durante un partido de futbol entre Liverpool y Nottingham Forest. 96 personas murieron y más de 700 resultaron heridas debido a una estampida provocada por una aglomeración masiva en una de las tribunas del estadio, que fue mal gestionada por la policía.
La apertura de una puerta exterior permitió que más personas entraran a un área ya llena, lo que llevó a un aplastamiento fatal. Inicialmente, se culpó a los aficionados del Liverpool, pero investigaciones posteriores señalaron fallos en la planificación y seguridad del evento. Esto llevó a reformas en la seguridad de los estadios y, finalmente, a que se reconociera la responsabilidad de las autoridades en la tragedia.
