BRICS, los países emergentes que buscan desafiar a Trump y al orden comercial

BRICS, los países emergentes que buscan desafiar a Trump y al orden comercial

Foto: Xinhua

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una amenaza contundente contra los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Irán, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos) el pasado sábado, advirtiendo que, si estos países intentan sustituir al dólar estadounidense con una nueva moneda o respaldar alguna alternativa para reemplazar la divisa norteamericana, impondría aranceles de 100% a sus productos.

 

En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump fue enfático: "Deberían despedirse de Estados Unidos" si se atreven a desafiar la supremacía del dólar en el comercio global. Esta amenaza se produce en medio de un creciente esfuerzo del bloque BRICS por reducir su dependencia del dólar y fortalecer las economías locales mediante alternativas como el uso de sus monedas nacionales. Pero, para entender mejor lo que esto supondría, tendremos que entender el poder que engloba a las BRICS.

 

¿Qué es el BRICS?

 

El BRICS es un bloque geopolítico y económico compuesto por los países: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, Egipto, Irán, Etiopía y Emiratos Árabes, pero que inicialmente comenzó con los primeros cuatro mencionados. Estos países son considerados economías en desarrollo o emergentes, y en conjunto representan una parte significativa del comercio, la producción y la población mundial.

 

La historia de los BRICS comienza a principios de la década del 2000. El término "BRIC" fue acuñado por el economista de Goldman Sachs, Jim O’Neill, en 2001, cuando pronosticó que Brasil, Rusia, India y China serían las economías más grandes del siglo XXI debido a su crecimiento económico sostenido y su potencial en recursos naturales, mano de obra y mercados. Inicialmente, estos cuatro países comenzaron a reunirse en 2009 bajo el nombre de BRIC, con el objetivo de fomentar una cooperación más estrecha en áreas clave como el comercio, la economía y la política global.

 

En 2010, Sudáfrica fue invitada a unirse al bloque, convirtiéndose en el BRICS que conocemos hoy. Esta inclusión subrayó la voluntad de integrar a economías emergentes de diferentes continentes y características geográficas. A pesar de las diferencias políticas y económicas, la alianza fue vista como una alternativa a la influencia de las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea, que dominaban las principales instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

 

Impacto global y expansión

 

Los cinco países que componen el BRICS representan una proporción significativa del panorama económico mundial: más de 42% de la población global, 30% del territorio mundial, 23% del PIB global y 18% del comercio mundial. Esta poderosa alianza tiene una influencia creciente en el comercio internacional y las finanzas globales, lo que la convierte en un contrapeso importante frente a las economías más desarrolladas de Occidente, lideradas por Estados Unidos y la Unión Europea.

 

Una de las estrategias clave de los BRICS ha sido crear mecanismos financieros alternativos a las instituciones dominadas por Occidente, un ejemplo de ello es la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) en 2015, que tiene como objetivo financiar proyectos de infraestructura y desarrollo en los países en desarrollo.

 

El G7, el contrapunto de los BRICS

 

El G7 (Grupo de los Siete) es un foro intergubernamental compuesto por las principales economías avanzadas del mundo: Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido. Juntas, estas naciones han dominado las decisiones económicas y políticas globales desde la segunda mitad del siglo XX, coordinando políticas para asegurar la estabilidad económica global y enfrentando desafíos como la crisis financiera y el cambio climático.

 

Sin embargo, a medida que los países del BRICS han ido ganando relevancia económica, el G7 ha comenzado a ver cómo sus tradicionales formas de gobernanza mundial son cuestionadas. Los países del BRICS, con sus economías en rápido crecimiento y sus vastos recursos naturales, han empezado a desafiar las instituciones controladas por los miembros del G7, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que, históricamente, han sido herramientas clave para la distribución del poder económico y financiero.

 

A este logro le siguió una expansión importante en 2024, cuando se anunció que cinco nuevos países se unirían al bloque: Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos

 

¿Por qué son importantes los BRICS?

 

En conjunto, los BRICS representan aproximadamente 45% de la población mundial y una porción significativa de la producción económica global. El grupo no solo produce alrededor de 44% del petróleo mundial, sino que también se está posicionando como una alternativa en el comercio global, especialmente en lo que respecta a la creación de nuevos mecanismos financieros y el uso de monedas locales en lugar del dólar estadounidense, un pilar del sistema financiero global dominado por el G7.

 

Además, los BRICS se están convirtiendo en una plataforma para que países fuera de la órbita occidental puedan tener una voz más fuerte en los foros internacionales. China, por ejemplo, ve en los BRICS una oportunidad para expandir su influencia en regiones como África y América Latina, mientras que Rusia busca utilizar el bloque para contrarrestar las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania.

 

¿Una nueva moneda global?

 

Uno de los temas más discutidos dentro del bloque BRICS es la posibilidad de crear una moneda alternativa al dólar estadounidense, que ha dominado el comercio internacional durante décadas. Aunque países como Brasil y Rusia han sugerido la idea, la creación de una moneda común para los BRICS parece poco probable debido a las diferencias económicas y políticas dentro del grupo. No obstante, el bloque está trabajando para aumentar el uso de sus monedas locales en el comercio entre los miembros, lo que podría tener implicaciones significativas en la dinámica económica global.

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