La reventa de boletos es un tema que sigue generando problemas y controversia en el ámbito del entretenimiento y los eventos en vivo, una práctica que parece interminable, a pesar de la gran cantidad de denuncias que, en la actualidad, muchas personas hacen a través de las redes sociales.
Como el reciente caso del concierto "Prófugos del Anexo", que se llevará a cabo este 14 de diciembre en el estadio "Cuauhtémoc". La venta de boletos inició el 26 de noviembre y, en tan solo 4 horas, se agotó el boletaje. Pero horas después, los revendedores aparecieron en las redes sociales ofreciendo boletos a precios exageradamente elevados para algunas zonas.
"Prófugos del Anexo" y "Puebla":
— ¿Por qué es Tendencia? (@porktendencia) November 26, 2024
Por quienes acampan afuera del estadio Cuauhtémoc para la venta de boletos del show de Alfredo Olivas y Julión Álvarez. pic.twitter.com/HbOV2g45Iy
Y esta no ha sido la única ocasión en la que se presenta esta práctica ilegal en Puebla. El evento más reciente que provocó la reventa de boletos fue el año pasado, con la presencia de Luis Miguel, donde alcanzaron costos de hasta 35,000 pesos. Pero también, año con año, los revendedores aparecen en la tradicional Feria de Mayo, en busca de potenciales clientes dispuestos a pagar cualquier precio con tal de ver a su artista favorito.
La reventa de boletos es una práctica ilegal en México, aunque solo se sanciona de manera económica. De acuerdo con un estudio hecho por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República, la venta y reventa de boletos ha incentivado un mercado negro que encarece las entradas a conciertos y otros eventos de espectáculos.
El estudio señala que, en la actualidad, existe un fenómeno muy común en el que los boletos llegan al mercado "ilegal" poco tiempo después de salir a la venta, lo que permite a los revendedores encarecer los costos sin que exista una legislación que sancione los abusos.
En torno a este punto, establece que, aunque la Ley Federal de Competencia Económica no hace una referencia explícita al sistema de venta-reventa de boletos, la figura del “beneficio de dispensa” ha permitido que las principales plataformas de venta de boletos queden exentas de cualquier tipo de sanción o multa por prácticas monopólicas.
Incluso menciona que la Ley Federal de Protección al Consumidor no regula la variación del precio por parte de intermediarios mediante plataformas legalmente reconocidas. En el Código Penal Federal tampoco se encuentra tipificada la reventa en medios electrónicos y digitales.
Es decir, la venta o reventa de boletos no es un delito bajo las legislaciones actuales, solo es sancionable como una falta administrativa cuando el revendedor es detenido in fraganti. Sin embargo, con el auge de los medios electrónicos, esta acción se ha trasladado a las redes sociales, donde la venta en línea no está penalizada. Aunque el riesgo es mayor para los interesados, ya que pueden ser víctimas de fraude o falsificación de boletos.
Hace tres años, el Congreso de la Unión buscó tipificar la reventa de boletos como un delito en el Código Penal Federal y, con ello, que las leyes de cada entidad contaran con un marco de referencia. Sin embargo, la iniciativa no prosperó.
¿Reventa de boletos, modus vivendi de muchos?
La reventa de boletos se ha incrementado en los últimos años y está presente en todos los espectáculos públicos de importante convocatoria. Puebla, poco a poco, ha ganado terreno en el ámbito nacional, y cada vez más artistas de renombre visitan la capital como parte de sus giras de presentación. Esto ha originado que algunas personas comiencen a ver en esta práctica un negocio permanente, tal como sucede en la Ciudad de México, donde para muchos ya es su modus vivendi.
Por supuesto, este negocio no solo consta de una persona. Forma parte de una organización bien estructurada, en la que cada integrante cumple diversas funciones: desde quienes acuden a formarse 12 o 24 horas antes de la apertura de las taquillas, los encargados de formar filas virtuales para la compra en línea, hasta quienes anuncian la venta en redes sociales y, finalmente, los responsables de entregar los boletos. Además, están los famosos "halcones", encargados de vigilar la presencia de alguna autoridad.
El margen de ganancia por cada boleto revendido puede variar, pero no es menor al 50 % de su valor original. Algunos pueden llegar a incrementarse hasta el 100 %.