¿Cuál ha sido la más letal? Un recorrido por las variantes del SARS-CoV-2

¿Cuál ha sido la más letal? Un recorrido por las variantes del SARS-CoV-2

Foto: FreePik

A lo largo de la pandemia, el SARS-CoV-2 mutó en diversas variantes que han desafiado a la comunidad científica y a los sistemas de salud en todo el mundo. Nombres como alfa, delta y ómicron marcaron distintos momentos de esta crisis sanitaria, cada uno con características que determinaron su impacto en la transmisión y la mortalidad.

 

Fue el 26 de noviembre de 2021 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer el nombre de la variante ómicron , calificándola como "de preocupación" debido a su alta capacidad de propagación. Sin embargo, esta no sería la única variante relevante.

 

 

¿Qué son las variantes del SARS-CoV-2?

 

El SARS-CoV-2, como todos los virus, cambia constantemente al replicarse. Durante este proceso, ocurren mutaciones en su secuencia genética. La mayoría son insignificantes, pero algunas pueden alterar su comportamiento, aumentando su capacidad de propagación o haciendo que el virus sea más resistente a vacunas y tratamientos.

 

·         Alfa (B.1.1.7): Detectada en el Reino Unido a finales de 2020, esta variante fue 50 % más transmisible que la cepa original y se asoció con un aumento de la mortalidad en los casos graves.

·         Beta (B.1.351): Identificada en Sudáfrica en diciembre de 2020, mostró resistencia parcial a ciertas vacunas y tratamientos, lo que complicó su control.

·         Gamma (P.1): Procedente de Brasil, fue reportada en Japón y EU en enero de 2021. Se destacó por su capacidad para evadir la inmunidad adquirida de infecciones previas.

·         Delta (B.1.617.2): Originada en India, destacó por su rápida propagación. Dominó la mayoría de los casos globales entre mediados de 2021 y principios de 2022.

 

La variante más letal: delta lidera el trágico ranking

 

A nivel mundial, delta ha sido la variante más letal hasta la fecha. Según datos de la OMS y estudios epidemiológicos, durante su apogeo, delta fue responsable de millones de muertes debido a su agresividad y su capacidad para afectar gravemente a personas no vacunadas o con comorbilidades.

 

En la semana del 12 al 18 de julio de 2021, la OMS reportó un aumento de 12 % en los casos globales, con un total de 3.4 millones de nuevos contagios. Las muertes semanales fueron alrededor de 57,000. Indonesia, el Reino Unido y Brasil fueron algunos de los países con mayores incrementos en los casos, mientras que algunas regiones, como Europa y el Pacífico Occidental, vieron aumentos de 21 % y 30 %, respectivamente.

 

En África, las muertes relacionadas con COVID-19 aumentaron en un 80 % durante el período en que delta se volvió predominante, impulsadas por la falta de acceso a vacunas y recursos médicos adecuados.

 

En México, la variante delta tuvo un impacto significativo durante la pandemia, siendo responsable de más de 94 % de los contagios a mediados de 2021, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Para ese período, el país acumulaba más de 254,000 muertes atribuidas al virus en general.

 

Ómicron: más contagios, menos muertes

 

En diciembre de 2021, al inicio de esta propagación, México reportó 23 casos confirmados de la variante ómicron , distribuidos en la Ciudad de MéxicoEstado de México y Tamaulipas. La mayoría de los contagios iniciales se dio en personas no vacunadas o con esquemas incompletos. Expertos advirtieron que estos casos eran apenas "la punta del iceberg" y que una cuarta ola de contagios impulsada por ómicron era inevitable.

 

Aunque ómicron causó olas de infecciones masivas en 2022 y 2023, la mayoría de los casos fueron leves, en parte gracias al avance en las campañas de vacunación y las dosis de refuerzo. Sin embargo, en países con baja cobertura de vacunación, esta variante todavía provocó estragos.

 

En Estados Unidos y el Reino Unido, hubo una rápida propagación que llevó a un incremento de hospitalizaciones y muertes, especialmente entre personas no vacunadas, aunque el impacto fue moderado por las vacunas. En Sudáfrica, donde se detectó inicialmente, el aumento de casos fue notorio, pero las hospitalizaciones fueron más bajas debido a la menor severidad de la enfermedad.

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