La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial. En México, desde 2010 se prohibió la venta de estos medicamentos sin receta médica como medida para combatir el uso indiscriminado. Sin embargo, la realidad es más compleja, aunque esta regulación ha reducido la automedicación, algunos médicos aún prescriben antibióticos de forma innecesaria y la mala conducta de los pacientes contribuye a la crisis antimicrobiana.
Para entender este fenómeno y explorar cuándo realmente se deben recetar estos medicamentos, conversamos vía telefónica con Adrián Rosas, especialista en medicina general, quien nos explicó las causas de este problema, sus consecuencias y cómo enfrentarlo.
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¿Cuándo es necesario un antibiótico?
El doctor Rosas señaló que los antibióticos son eficaces únicamente contra infecciones bacterianas, pero no tienen ningún efecto sobre virus, hongos o parásitos. Por ejemplo, en el caso de enfermedades como la gripe o el resfriado común, que son virales, los antibióticos no solo son inútiles, sino que su uso puede ser contraproducente.
“Para determinar si una infección es bacteriana, el médico debe hacer una exploración física detallada y, en muchos casos, apoyarse en estudios de laboratorio, como una biometría hemática. En este análisis se observa la cantidad de leucocitos y, específicamente, los neutrófilos, que son células especializadas en combatir bacterias”, refirió.
El sitio de la infección también es crucial. “Las bacterias pueden estar en cualquier parte del cuerpo: piel, mucosas o tejidos internos. No todas son iguales ni responden al mismo antibiótico. Por eso, recetar uno sin confirmar el tipo de bacteria es como disparar a ciegas”.
El uso irresponsable de antibióticos
A pesar de las restricciones, la resistencia bacteriana sigue creciendo y, en muchos casos, el problema comienza en el consultorio, puesto que muchos médicos recetan antibióticos sin justificación, ya sea por presión del paciente, falta de actualización o incluso desconocimiento.
Por lo que, la resistencia ocurre cuando las bacterias, al enfrentarse repetidamente a un medicamento, desarrollan mecanismos para neutralizarlo.
“Cada vez hay más bacterias resistentes. En hospitales ya enfrentamos infecciones donde ningún antibiótico disponible funciona”, advirtió.
El papel de la población
Rosas también hizo un llamado a los pacientes y siempre atender las recomendaciones médicas y no las que son efectuadas por familiares o amigos: “Es común que las personas se automediquen o no completen los tratamientos prescritos”. Remarcó que ambas prácticas son extremadamente peligrosas. Si no se toma el antibiótico el tiempo indicado, algunas bacterias sobreviven y pueden mutar, haciéndose más fuertes y resistentes.
Además, recomendó desechar los medicamentos sobrantes en lugar de guardarlos. Un antibiótico olvidado en casa puede terminar siendo utilizado de forma incorrecta. Esto no solo pone en riesgo la salud de quien lo consume, sino que perpetúa el ciclo de la resistencia bacteriana.
La resistencia bacteriana es una crisis global que exige acción inmediata. En México, el reto no solo radica en regular el acceso a los antibióticos, sino también en transformar la cultura del uso de medicamentos. Médicos y pacientes deben ser aliados en esta batalla, porque el costo de no hacerlo podría ser la pérdida de uno de los avances médicos más importantes de la historia.