La niña de seis años de nacionalidad ucraniana Anastasia Opria, que practica gimnasia rítmica, podría perder su licencia para competir en Ucrania debido a que su madre contaba con una página en las redes sociales en idioma ruso.
Según la madre de la gimnasta, Opria puede ser expulsada de la escuela deportiva y no se le permitirá competir dentro del país porque en la página en ruso de Instagram (propiedad de Meta, cuyas actividades están prohibidas en Rusia como extremistas) además apareció colgado un fragmento de una película rusa.
"Da la casualidad de que Nastia nació en una familia internacional: su madre es rusa y su padre es búlgaro, ¡pero todos nacimos en Ucrania! Por lo tanto, no es difícil adivinar que a mí como madre me resulta más fácil llevar el blog en ruso", escribió la madre de Opria.
La progenitora de la atleta de seis años, que narra la actividad deportiva de su hija en las redes sociales, escribió que Opria se acusa igualmente de haber estado "francamente asombrada" por la fortaleza y la voluntad de vencer de la dos veces campeona olímpica rusa Svetlana Jórkina. En los últimos días en la página aparecieron publicaciones en ucraniano.
"Mi hija ve mucho películas motivadoras, mira con interés a los líderes mundiales de la gimnasia rítmica, ¡porque le gusta! Ahora está pasando por momentos muy difíciles, porque sufre constantemente acoso por parte de unos padres raros y de entrenadores no cualificados. Será muy lamentable que la Federación de Gimnasia Rítmica responda a esa demanda y no la deje practicar su deporte favorito en su tierra natal", agregó la madre de la deportista.
En diciembre de 2023, el parlamento ucraniano adoptó un proyecto de ley sobre minorías nacionales, cuyo objetivo es cumplir con los requisitos de la Comisión Europea: endurecer las restricciones al uso del idioma ruso, mientras que los idiomas de otras minorías nacionales deben recibir importantes concesiones.
Como informó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) en marzo de este año, la minoría de habla rusa de Ucrania enfrenta un trato discriminatorio en comparación con las minorías lingüísticas que hablan un idioma de un país europeo.