La histórica relación entre el peso mexicano y el dólar ha estado marcada por períodos de devaluación y apreciación de la moneda mexicana en relación con la estadounidense, influida principalmente por factores políticos y económicos.
En el aspecto político, existen diversos factores que determinan el tipo de cambio, como la política gubernamental (cambios en la legislación, políticas migratorias, decisiones sobre el consumo energético, estabilidad del territorio, entre otros), política económica, política monetaria, política exterior y política fiscal.
En el aspecto económico, se encuentran dos factores: el macroeconómico, relacionado con el producto interno bruto (PIB), la inflación, las cifras de desempleo, los índices de producción industrial y los datos e índices relacionados con el turismo; y el microeconómico, asociado a datos más específicos de la sociedad, como las alteraciones en temas de producción, las variaciones en las preferencias de inversión y ahorro, y los cambios en los hábitos de consumo.
El dólar tiene un impacto significativo en el peso mexicano debido a la fuerte influencia de la moneda estadounidense en los modelos económicos de casi todo el mundo. A lo largo de la historia, México ha tenido que enfrentar varias veces un dólar sumamente fortalecido, alcanzando máximos históricos frente al peso.
Durante la Revolución Mexicana, el valor del dólar pasó de 2.01 pesos a 23.83 pesos en 1916, como consecuencia de la inestabilidad política y social que vivía el país, lo que generó una pérdida de confianza en el valor del peso mexicano.
Uno de los momentos más críticos que vivió México fue durante el mandato de José López Portillo, cuando el tipo de cambio pasó de 22 a 70 pesos. Posteriormente, en la administración de Miguel de la Madrid, el peso experimentó devaluaciones dramáticas, llegando a un costo de 2,295 pesos al final de su mandato.
Esta situación fue provocada porque el Estado disminuyó su intervención en el sistema económico debido a los desequilibrios y la baja competitividad financiera que había generado este sistema, abandonando incluso el control de cambios, lo que provocó que el tipo de cambio aumentara.
La afectación fue de tal magnitud que se tuvo que llevar a cabo una reconversión monetaria en 1993, dando lugar al nuevo peso, donde 1,000 pesos pasaron a ser 1 nuevo peso.
Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, parecía que las cosas tomarían rumbo al subir un poco el precio del dólar; sin embargo, no fue así, ya que los malos manejos económicos disfrazados estallaron en 1994 con el llamado “error de diciembre”, que no era otra cosa que encubrir al peso mexicano con aparentes soluciones, por lo que en el mandato de Ernesto Zedillo (quien planeó junto a Salinas de Gortari la economía mexicana desde 1988) el dólar subió 169.9 %.
En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, aunque el tipo de cambio comenzó en 20.45 pesos y terminó en 19.69, el 6 de abril de 2020 el dólar alcanzó su máximo histórico de 25.76 pesos, impulsado por la incertidumbre económica y el colapso del mercado de valores debido a la crisis sanitaria global.