¿Consecuencias desde EU? Aranceles al 25 % no solo afectarían a México

¿Consecuencias desde EU? Aranceles al 25 % no solo afectarían a México

Foto: FreePik

El candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a México con imponer aranceles de 25 % si no se frena la entrada de migrantes en la frontera, la cual calificó de embestida de criminales y drogas.

 

Esta es una más de las tantas polémicas y desatinadas declaraciones del expresidente de los Estados Unidos contra México durante su carrera política, que podría afectar no únicamente a nuestro país, sino también al estadounidense, de acuerdo a lo dicho por algunos expertos, en caso de ganar las elecciones.

 

Pero antes de entrar en materia, es importante definir que se denomina arancel al impuesto que se cobra a la importación de una mercancía determinada para que pueda ingresar a un país. Existen también los llamados aranceles de tránsito, es decir, impuestos que se cobran para que las mercancías pasen por un país con rumbo a su destino final. Cada nación clasifica los productos en fracciones arancelarias y así determina a cuánto asciende el pago que se debe hacer para que la mercancía entre a su territorio.

 

La razón fundamental para que un país imponga aranceles a los productos de otra nación es para proteger a su industria local, ya que se encarecen los artículos provenientes del exterior, manteniendo la competitividad de las empresas locales y la generación de empleos.   

 

¿Cuáles serían las consecuencias?

 

El impacto de las declaraciones hechas por Donald Trump llevadas a la práctica, en el hipotético caso de que ganara las elecciones, tendría graves repercusiones para nuestro país, pero también para el vecino país del norte.

 

De acuerdo con algunos analistas, los primeros afectados por los aranceles serían los consumidores en EU, quienes pagarán el aumento del precio de los productos mexicanos que llegan a su mercado, sobre todo automóviles, maquinaria, instrumentos médicos, además de productos agrícolas como verduras y frutas.

 

De acuerdo a Heidi Smith, coordinadora de la Maestría en Políticas Públicas de la Universidad Iberoamericana, esta medida afectará más al consumidor de los Estados Unidos, antes que a México, porque la línea de producción de los productos agrícolas será la primera afectada. En consecuencia, habrá un incremento en comidas, frutas y verduras. Después se verá reflejado en la ropa y en tercer lugar en las piezas automotrices.

 

Esto, porque los importadores de productos y alimentos no van a absorber los incrementos, sino que lo van a trasladar al consumidor.

 

Por otra parte, la directora de Comercio Exterior en SGS México, Yael Gutiérrez, aseguró que los segundos afectados serán las empresas y productores mexicanos, ya que no todos podrán absorber los costos extras de importación. Resaltó que, sobre todo las medianas empresas, el costo adicional de exportar quedará fuera de su presupuesto y de sus números.

 

De igual forma, otra de las industrias que sufriría las consecuencias es la automotriz, ya que cuenta con un apretado margen de utilidad y los aumentos implican costos mayores a los autos que compra el estadounidense si adquiere un nuevo auto.

 

¿Puede imponer Trump este incremento sin consultarlo al Congreso?

 

De acuerdo al Cato Institute, existen varias leyes que autorizan al presidente de los EU a imponer aranceles sobre una amplia gama de bienes importados sin salvaguardas institucionales o de procedimientos sustanciales. El informe detalla que después de los desastrosos aranceles Smoot-Hawley de 1930 que infligieron graves daños a la economía estadounidense y a las relaciones internacionales, el Congreso delegó una gran parte de su autoridad económica internacional al poder ejecutivo para minimizar las posibilidades de un paso en falso similar.

 

Aunque algunos observadores han tratado de minimizar las preocupaciones sobre esta amenaza afirmando que hay restricciones prácticas y legales que impedirían promulgar aranceles amplios sin el consentimiento del Congreso, el informe explica que varias leyes otorgan al presidente una vasta y discrecional autoridad para imponer unilateralmente restricciones comerciales radicales y algunas de ellas son conocidas por la comunidad comercial debido a su uso reciente.

 

La Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 permite al presidente restringir las importaciones que la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de EU (BIS) determine que representan una amenaza para la seguridad nacional, aunque la única vez que se ha utilizado para imponer aranceles fue en 2017 cuando Trump la usó para atajar las importaciones de acero y aluminio.

 

La Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974 permite la imposición de aranceles u otras restricciones comerciales a un amplio conjunto de productos importados de un país o países específicos para abordar políticas económicas extranjeras perjudiciales. Esta ley se utilizó frecuentemente en la década de los 80, pero posteriormente estuvo inactiva en gran medida hasta que Trump la utilizó para imponer aranceles sobre las importaciones de China.

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