Un estudio publicado por la revista Nature Computational Science advierte que la IA generativa podría producir hasta 2.3 millones de toneladas en desechos electrónicos para el año 2030. Esta cantidad es equivalente a desechar 13,300 millones de iPhone 15 Pro, según explicó Asaf Tzachor, coautor del estudio y académico de la Universidad Reichman de Israel.
“A nuestro mejor entender, este es el primer estudio integral que cuantifica y proyecta los desechos electrónicos generados específicamente por las tecnologías de IA generativa”, aseguró Tzachor.
De acuerdo con los expertos, el crecimiento de la IA generativa, como ChatGPT, depende de complejos centros de datos, construidos y actualizados continuamente para satisfacer la creciente demanda de procesamiento. Sin embargo, esta actualización genera una acumulación masiva de desechos electrónicos, como servidores, GPUs y circuitos integrados. Tan solo en 2023, la industria de la IA generativo produjo 2,400 toneladas de este tipo de desechos, mientras que la inversión en infraestructura supero los 36,000 millones de dólares en todo el mundo.
En países en desarrollo como Kenia, gran parte de estos residuos termina en vertederos sin las prácticas de reciclaje necesarias para su tratamiento, lo que afecta gravemente al medioambiente y la salud pública. Además, las partes de alto valor, como el cobre y el oro, también son desechadas, desaprovechando los materiales valiosos y generando más basura.
Para enfrentar esta problemática, los expertos sugirieron trazar estrategias para mitigar el impacto, como extender la vida útil del hardware y reducir los residuos 86 %, o bien, reutilizar las partes obsoletas para tareas menos demandantes, lo que se traduciría en 42 % menos desechos.
Por su parte, Damien Giurco, miembro del Instituto de Futuros Sostenibles de la Universidad de Tecnología de Sídney, subrayó la importancia de que la industria asuma su responsabilidad en cuanto a la cantidad de residuos que genera. En Australia, el grupo asesor Circular Australia propuso que se establezcan metas específicas para la economía circular en el sector tecnológico. “Hay más oro y plata en una tonelada de iPhones que en una tonelada de mineral de una mina”, señaló el grupo.