Si no bastaba con huracanes, tifones y tormentas tropicales, un nuevo nombre resuena en las noticias: DANA. Este fenómeno ha causado desastres en España, especialmente en la ciudad de Valencia, hasta ahora la más afectada, dejando decenas de muertos y amplias zonas devastadas. Aunque muchos la desconocen, DANA es solo uno de varios fenómenos naturales que suelen ocurrir año tras año.
DANA es la abreviatura de “Depresión Aislada en Niveles Altos”, y aunque su nombre pueda sonar extraño, sus efectos ya han dejado una huella trágica en Valencia. Este fenómeno, al que también se le conoce como "gota fría", se forma cuando una masa de aire frío en la atmósfera alta se encuentra con aire cálido y húmedo en niveles más bajos, lo que genera una gran inestabilidad en la atmósfera. Como resultado, se producen lluvias intensas, tormentas eléctricas y, en ocasiones, inundaciones. Este fenómeno afecta principalmente a Europa, y sobre todo a las zonas del Mediterráneo, donde las temperaturas son idóneas para que el aire caliente choque contra las depresiones frías en altura.
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Este fenómeno meteorológico es, de acuerdo con expertos, tan peligroso como un huracán tropical o un tifón asiático. Puede ocurrir en cualquier momento del año, pero es más común durante los meses de otoño.
Mientras que en América estamos acostumbrados a escuchar sobre huracanes, en Asia se les llama tifones. Aunque parezcan distintos, ambos son en realidad ciclones tropicales. La diferencia radica en la región donde se forman: los huracanes se desarrollan en el Atlántico y el Pacífico oriental, mientras que los tifones ocurren en el Pacífico occidental. Los ciclones tropicales requieren agua cálida y aire húmedo para formarse.
Los huracanes y tifones son potentes masas de aire que giran rápidamente, con un “ojo” en el centro de relativa calma, rodeado por una intensa pared de nubes y tormentas. Estos fenómenos alcanzan velocidades de viento de hasta 250 kilómetros por hora o más y pueden arrasar todo a su paso, provocando daños enormes en viviendas y en general en toda la infraestructura.
Las tormentas tropicales tienen características similares a los huracanes y tifones, pero son menos intensas en cuanto a vientos y fuerza. Se forman cuando los vientos en un ciclón alcanzan entre 63 y 118 km/h; y aunque son menos destructivas que un huracán, pueden causar fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra. Estas tormentas a menudo evolucionan y ganan intensidad, lo que puede convertirlas en huracanes si continúan fortaleciéndose.
DANA, a diferencia de otros desastres naturales, no requiere grandes cuerpos de agua para formarse, sino que su origen está en el contraste entre aire frío y cálido. Este fenómeno es estacional, y aunque en algunas ocasiones no causa grandes daños, en otras como este año, puede resultar en inundaciones mortales y desbordamiento de ríos.
Cada uno de estos fenómenos representa una manifestación de la fuerza de la naturaleza, con características y consecuencias únicas. Los huracanes y tifones destacan por su intensidad y poder destructivo en áreas oceánicas; las tormentas tropicales son precursoras de ciclones más fuertes; los monzones ofrecen lluvias estacionales indispensables pero peligrosas, y la DANA es un fenómeno típico del Mediterráneo, capaz de transformar un día soleado en un desastre natural.