¿Por qué al mexicano le cuesta tanto ahorrar?

¿Por qué al mexicano le cuesta tanto ahorrar?

Foto: Enfoque

El 31 de octubre no solo se celebra Halloween, también es el Día Mundial del Ahorro, una fecha que invita a la ciudadanía a reflexionar sobre la gestión de sus finanzas y destaca la importancia del ahorro, un objetivo que representa desafíos para muchas personas y que, además, recuerda la necesidad de adoptar hábitos financieros que fomenten la estabilidad económica y el bienestar a largo plazo.

 

En nuestro país, muy pocas personas tienen el hábito de ahorrar, y es que, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera efectuada en 2021, esto depende de variables sociodemográficas como el género, la edad, los años de educación y el ingreso, tomando en cuenta también la periodicidad, la variabilidad y la forma de recibir el ingreso.

 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Financiera de 2023, en México, 52 % de la población mayor de 18 años tiene algún tipo de ahorro. De este número, 47 % ahorra el equivalente a una quincena de su salario, 4 % ahorra hasta tres meses de sueldo y 8 % ahorra más de tres meses de su ingreso mensual. De este total, los hombres ahorran más, con 55.2 %, mientras que las mujeres lo hacen en un 49.3 %. Los estados donde la población ahorra más son Sonora con 67.6 %; Colima, con 65.3 %; Tabasco, 62 %; y Puebla, con 61.3 %.

 

¿Por qué sí y por qué no ahorra el mexicano?

 

En un estudio llevado a cabo a finales del año pasado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias se señala que los niveles de educación financiera, la confianza en las instituciones financieras, los hábitos y las costumbres tienen un efecto en las decisiones de ahorro de los mexicanos.

 

Agrega que en México existen distintas barreras, tanto estructurales como conductuales, que dificultan el ahorro. Dentro de las estructurales, está la calidad del mercado laboral mexicano, el cual ocupa el lugar 13 de 17 economías latinoamericanas, con base en el Índice de Buenos Trabajos del Banco Interamericano de Desarrollo, y afecta la capacidad de ahorro de los mexicanos. Esto se debe a los bajos salarios en amplios sectores de la población, así como a pagos en efectivo, variabilidad en el ingreso y alta frecuencia en la recepción.

 

El estudio muestra que solo 78.8 % de los mexicanos que reciben ingresos de manera semanal ahorra, una cifra considerablemente menor que la de quienes reciben ingresos quincenales (90.1 %) o mensuales (90 %).

 

La variabilidad y dificultad de predecir el ingreso futuro es otro de los factores, ya que dificultan el cálculo de la capacidad de ahorro, lo que mina su compromiso por aportar cantidades fijas. Además, el bajo uso de productos financieros intensifica el fenómeno de "ahorradores sin ahorros", es decir, personas que tienen apartados o guardaditos de manera líquida, pero con poco impacto en la eficiencia o en el aprovechamiento de su dinero.

 

El estudio refiere que estas barreras estructurales se compaginan de manera negativa con las barreras conductuales al ahorro. En particular, los bajos niveles de educación financiera, las costumbres y los hábitos de ahorro, así como la desconfianza en las instituciones financieras, se vuelven potentes frenos al ahorro en instrumentos formales.

 

Por otro lado, el Diagnóstico del Ahorro en México de Vanguard, empresa de asesoramiento financiero, en colaboración con el observatorio económico México, hizo una revisión del panorama general del ahorro y asegura que la población que ahorra en México ha crecido 7.8 puntos porcentuales entre 2012 y 2021, al pasar de 50.8 % de la población en 2012 a 58.6 % en 2021. Señala que solo 39.2 % de la población de 18 a 70 años tiene una cuenta de ahorro para el retiro y que 67.8 % de la población de 18 a 70 años tiene al menos un tipo de producto financiero formal.

 

El análisis refiere que los instrumentos de ahorro más utilizados entre personas con ahorros formales son las cuentas de ahorro y cuentas de nómina, y en tercer lugar, aunque con un porcentaje significativamente menor, se encuentran las cuentas de pensión. En el ahorro informal, las acciones más comunes son guardar en casa los ahorros, seguido por tandas y al último cajas de ahorro de amigos y familiares.

 

El principal destino de gasto del ahorro entre personas con ahorros formales es la atención de emergencias, con porcentajes muy similares tanto para el caso de las mujeres como de los hombres, seguido por gastos del hogar. En el caso del ahorro informal, el principal destino del gasto del ahorro es el gasto en comida, personales o pago de servicios, con porcentajes similares tanto para mujeres como para hombres, seguido por gastos para atender emergencias e imprevistos.

 

¿Cuál es la manera más inteligente de ahorrar?

 

El paso básico que se debe tomar en cuenta al comenzar a ahorrar es hacer una lista de gastos fijos, como el pago de la renta, alimentos y otros servicios que se deben cubrir mensualmente, como luz, agua, gas e internet. Hacer una lista de estos gastos permitirá a las personas hacer un balance entre los ingresos mensuales y los gastos.

 

Si se restan los gastos de los ingresos, se obtendrá la cantidad comprometida mensualmente con la cual no se puede contar. Con esta lista también se podrá evaluar el nivel de gasto, y de ser necesario, se podrán recortar los desembolsos innecesarios para poder ahorrar.

 

Otro consejo es que, al saber cuánto dinero queda libre al mes, se destine una parte al ahorro. Aunque sea poca cantidad, será un paso adelante para lograr la meta. Es recomendable tener un nivel adecuado de ahorro para enfrentar imprevistos. Ahorrar no debe ser un proceso estresante o complicado; por ello, es importante aprovechar las diferentes herramientas que brindan las instituciones bancarias para ahorrar de una forma más fácil.

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