El volcán Popocatépetl, conocido popularmente como “Don Goyo” en las comunidades más cercanas, ha registrado un incremento en su actividad durante los últimos días, con emisiones de ceniza y vapor que han puesto los reflectores encima.
Si bien su comportamiento no ha alcanzado niveles de alarma como en otros años, es común escuchar entre los habitantes la idea de que en ciertas épocas del año el volcán "despierta" y se vuelve más activo.
Considerando que está catalogado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo y que se calcula que una gran erupción podría afectar a cerca de 25 millones de personas que viven relativamente cerca, ¿tiene alguna base científica dicha creencia? ¿Tendríamos que empezar a preocuparnos?
Para muchos habitantes de Puebla, el Popocatépetl no es solo un volcán, sino un símbolo de identidad y cultura. Con una historia que se remonta a las culturas prehispánicas, “Don Goyo” está entrelazado con leyendas que cuentan la historia de un guerrero que se convierte en volcán para cuidar de su amada, Iztaccíhuatl. La conexión entre la comunidad y el volcán es tan profunda que muchas personas sienten que él “reacciona” ante eventos del entorno.
¡Buenos días! ☀️ ☁️
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) October 29, 2024
Un cielo “aborregado” se observa este martes desde la capital poblana, con una espesa fumarola en el volcán Popocatépetl. pic.twitter.com/iQDvaoo01r
Cada 12 de marzo, los habitantes de Santiago Xalitzintla, una comunidad cercana al volcán, celebran el cumpleaños de "Don Goyo". Es habitual que los llamados tiemperos —personas que, de acuerdo con las creencias populares, tienen el don de manipular el clima a través de ofrendas y rituales, además de poder comunicarse con el coloso— busquen la forma de estar lo más cerca del volcán, arribando a una cueva a la que denominan "el ombligo" y ofreciendo desde allí una ofrenda que puede incluir flores, comida y cruces para calmar su "furia". Los pobladores aseguran que, cuando no se llevan estos regalos, el Popo se enoja y es cuando incrementa su actividad.
Así ocurrió entre mayo y junio de 2023, cuando el volcán se hizo muy presente con grandes exhalaciones de ceniza. De acuerdo con la población, esta reacción se debió a que ese mismo año no celebraron su cumpleaños como en años anteriores. Según versiones de los pobladores, un tiempero se habría acercado a preguntarle a Don Goyo qué necesitaba para calmar las erupciones, y este pidió un anillo de oro a cambio. La sorpresa fue para los más escépticos, pues cuentan que después de la entrega el coloso calmó la expulsión de ceniza.
No obstante, desde una perspectiva científica, el comportamiento del Popocatépetl está determinado por una serie de factores geológicos y geofísicos, ya que la actividad volcánica se produce principalmente por el movimiento de magma y la presión acumulada en la cámara magmática. Si bien no se ha documentado un patrón estacional específico para el Popocatépetl, hay ciertos factores climáticos que podrían influir en la percepción de su actividad. Por ejemplo, en épocas secas, las emisiones de ceniza son más notorias, lo que puede dar la impresión de un aumento en su actividad.
Con todo esto, se puede concluir que la actividad reciente del coloso no responde a una situación o fecha en específico, a pesar del “Día de Muertos”, festividad a la que se le pudiera relacionar, sino que son casualidades propias de un volcán activo.
Aunque la ciencia no ha logrado demostrar que “Don Goyo” tenga patrones de actividad específicos en alguna época del año, la percepción de las comunidades tal parece que permanecerá intacta.