El poder de los “fandoms”: el impacto de estos grupos en la industria musical

La muerte del cantante Liam Payne no solo ha dejado un vacío en el mundo de la música, sino que ha revivido a una de las comunidades más influyentes de la última década, los “Directioners”. Este suceso puso de nueva cuenta la atención en los llamados fandoms.

Tras la noticia a la muerte de Payne, estos grupos se movilizaron rápidamente en redes sociales para rendirle tributo. Plataformas como X, Instagram y TikTok posicionaron el nombre Liam Payne en los primeros lugares de mención y no solo compartieron mensajes y recuerdos del cantante, sino que organizaron vigilias virtuales y actos presenciales en honor a su memoria.

No cabe duda que, más allá de ser solo admiradores, estas comunidades son motores económicos y culturales que dan línea a los éxitos de la música, transformando la realidad entre artistas y sus audiencias. Pero ¿a qué le llamamos “fandom”?

El término se refiere a la comunidad de fanáticos apasionados que se organizan alrededor de un artista, banda, película, libro, serie u otro tipo de fenómeno. Este grupo participa activamente en diferentes actividades que lo expanden tanto en la misma región como en otras partes del mundo.

Los “fandoms” más grandes del mundo

El poder de los “fandoms” no solo está sobre One Direction. A nivel mundial, hay varias comunidades que han demostrado ser influencias clave para el éxito de los artistas y el consumo musical. Entre los que más destacan están:

Taylor Swift (Swifties): su grupo de fanáticos ha sido fundamental en la consolidación de Taylor, sobre todo en el último año tras el fenómeno de The Eras Tour, la gira del 2023 que agotó entradas en todos los países que visitó. Se estima que hay más de 100 millones de Swifties en todo el planeta, donde los seguidores perciben a la cantante como si fuera "una amiga de toda la vida".

(Army's,): Los Adorable Representative M.C. for Youth o Representantes Adorables de la Juventud, en español es la comunidad de fans del grupo surcoreano BTS, que tal vez sea la organización más comprometida con alcance global. Han logrado que la agrupación domine las listas de popularidad de Billboard, Spotify y YouTube en países donde el K- pop era totalmente desconocido.

Harry Potter (Potterheads): el mago es uno de los fenómenos más importantes de los últimos 20 años. Hasta el 2021 contaba con más de 37 millones de miembros. Estos fanáticos han sido responsables de mantener viva la saga desde su creación por J.K Rowling. Pasando desde el arte del cosplay hasta la creación de escenarios virtuales en plataformas de interacción como Pottermore.

A través de redes sociales, los fanáticos no solo tienen acceso al contenido que genera su artista favorito, sino que ellos generan el mismo. Los fans ya no son solo espectadores, influyen directamente en las estrategias de marketing dentro de la industria.

Sin embargo, no todo es positivo en este tipo de ovaciones. La presión que ejercen estas comunidades sobre los artistas puede resultar asfixiante y agotadora. Esta fue una de las razones que Liam Payne mencionó en 2016 para la separación final de One Direction: "Viví mucho tiempo como una estrella del pop que tenía miedo de la gente y se quedaba aislada todo el tiempo. Necesitaba parar".

No cabe duda que los fandoms son una fuerza imparable en la industria musical. Estas comunidades van más allá del entretenimiento, creando una cultura de participación activa que define tendencias, moda y hasta éxito. Al final, el desenlace de un artista o franquicia depende de la pasión y el poder de sus seguidores, ya que no sólo consumen, sino que moldean y elevan el entretenimiento.