A escasos 7 días de que se lleve a cabo el cambio de la administración municipal, se ha generado controversia en relación al estado financiero que guarda el actual Ayuntamiento de Puebla luego que se especulara que la comuna buscaba una línea de crédito por 600 millones de pesos para cubrir gastos de obra, situación que el alcalde electo, José Chedraui Budib, condenó de manera enérgica. Sin embargo, el edil en funciones, Adán Domínguez Sánchez, ha desmentido dicho escenario.
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Estos hechos provocaron que en las últimas horas se haya dado un ajetreo verbal entre la administración actual y la entrante. Lo cierto es que, a tan pocos días de que se lleve a cabo el cambio de gobierno municipal, lo que parecía un cambio de estafeta amistoso, se ha convertido en una situación ríspida.
En medio de las especulaciones, y por increíble que esto pareciera, podemos destacar que ni Luis Bank, de extracción panista, le dejó deuda a Claudia Rivera Vivanco; Y a su vez, la actual diputada local no solicitó ninguna una línea de crédito para dejar recursos a la administración entrante de Eduardo Rivera.
Pero esta acción bien se puede agregar a las excentricidades que sí han cometido los alcaldes salientes de la capital.
Meses antes de dejar la presidencia municipal de Puebla, el panista Luis Paredes Moctezuma inauguró su obra cumbre, el distribuidor vial Juárez-Serdán. Para la ejecución de dicha obra, se tuvo que retirar la Fuente de los Frailes, con el pretexto de que no fuera a sufrir algún daño con los trabajos. Meses después de concluida la obra se colocó una réplica del monumento, sin que hasta el momento se sepa a dónde fue a parar la original.
Otra de las excentricidades del exalcalde Paredes fue la construcción del Ángel Custodio, que le costó a la comuna en el 2003, la cantidad de 3 millones de pesos. Dicha obra fue criticada por un sector de la población que incluso llegó a llamarle "el monumento a las trompas de Falopio".
Durante su gestión al frente del gobierno del estado, el fallecido Miguel Barbosa aseguró que 1,600 lajas fueron retiradas en 2008 durante el proyecto de remodelación del zócalo en la gestión municipal de Enrique Doger. Mucho se especuló de los lugares en donde se comercializaban, pero lo cierto es que hasta hoy, se desconoce su destino final.
De igual forma, en la administración municipal de Doger Guerrero, el exalcalde construyó el Distribuidor Vial 475 como su obra cumbre con la que quería ser recordado, para lo que invirtió poco más de 168 millones de pesos. Sin embargo, poco le duró el gusto, ya que ante la falta de movilidad, tuvo que ser remodelado en la administración del entonces edil Tony Gali, invirtiendo más de 362 millones de pesos.
Pero si esto no fue suficiente, días antes de dejar el cargo, Doger Guerrero inauguró el Ángel de Puebla, ubicado en el mismo Distribuidor Vial 475, el cual tuvo un valor de 2.4 millones de pesos, y el cuál ya no es visible con la remodelación de la zona, uniéndose así, a las “magnas” obras que más gastos innecesarios han dejado los alcaldes salientes a las arcas municipales.