Cierre de cárceles en Puebla, ¿cuál es el estado de las prisiones?

Cierre de cárceles en Puebla, ¿cuál es el estado de las prisiones?

Foto: Enfoque, FreePik

Si bien las cárceles son espacios necesarios para la reinserción social, llega un punto en el que estas se vuelven inseguras, peligrosas e insuficientes para albergar a las personas privadas de su libertad (PPL). Ese es el caso de Puebla, pues el 30 de septiembre el gobierno estatal anunció el cierre definitivo de diversos reclusorios municipales, que por distintos motivos ya no cumplían su función.

 

En un acuerdo publicado en el Periódico Oficial del Estado (POE), el gobierno del estado y la Secretaría de Seguridad Pública (SSC) anunciaron el cierre de siete centros de reinserción social (Ceresos). Se trata de las prisiones ubicadas en los municipios de Atlixco, Chiautla de Tapia, Izúcar de Matamoros, Tetela de Ocampo, Tecali de Herrera, Chignahuapan y Zacatlán.

 

Lo anterior por una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en la que señalan que dichos penales resultan insuficientes para la población que albergan, no tienen personal o presentan daños de infraestructura. Ahora, las personas privadas de su libertad que estaban en esos reclusorios serán trasladados a otros penales del estado.

 

¿Qué implica esto para el sistema penitenciario?

 

La clausura fue por la recomendación 28/2016 “Sobre la reclusión irregular en las cárceles municipales y distritales de la república mexicana” de la CNDH en la que se instó a gobiernos estatales y municipales a destinar recursos humanosmateriales y financieros suficientes para el funcionamiento de los centros penitenciarios.

 

En todos estos había problemas como sobrepoblaciónhacinamientoalimentaciónfalta de personal operativotécnico y capacitación constante. Por esto, la SSP argumentó que su cierre era imprescindible para garantizar condiciones más dignas y con respeto a los derechos humanos de las personas privadas de su libertad.

 

De los siete penales que se cerraron definitivamente, tres ya estaban en desuso: los de AtlixcoChiautla de Tapia e Izúcar de Matamoros, esto por los daños que dejó el sismo del 19 de septiembre del 2017. De hecho, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina dijo que algunos estaban cayéndose, como el centro penitenciario de Zacatlán, por lo que fue necesario cerrarlos.

 

En lo que respecta a los que seguían en funcionamiento, la población actual estaba distribuida de la siguiente manera: Tetela de Ocampo 43 reclusos; Tecali de Herrera 18; Chignahuapan 48 más; y el de Zacatlán 123 personas privadas de la libertad, es decir, será un total de 232 reclusos a los que reubicarán en otras cárceles lo más cercanas posibles a su domicilio respetando sus derechos humanos.

 

Si bien estos son los ceresos que ya fueron clausurados, las condiciones en el resto no son muy diferentes. De acuerdo con el “Diagnóstico Estatal de Supervisión Penitenciaria 2023” de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla, el estado cuenta con un total de 21 centros penitenciarios, incluyendo los cerrados en días recientes, algunos de ellos con problemas similares.

 

En el de Tecali de Herrera las áreas destinadas a la recreación de los reclusos son deficientes, pero destaca en atención médica y otorgamiento de medicinas, actividades sociales y buena alimentación. Por parte del de Tepeaca, no separan a las PPL y a las que ya están sentenciadas, no hay una clasificación criminológica y las áreas de esparcimiento son demasiado reducidas.

 

Respecto al de Huejotzingo, se detectaron deficiencias en mantenimiento, uso y conservación de la infraestructura, además de que, al año pasado, tenían problemas de sobrepoblación con 251 internos. En el de San Pedro Cholula, está destinado a 218 personas y en él habitaban 518, 475 hombres y 43 mujeres, lo que implica una marcada reducción de la sección femenil para la atención de la población varonil.

 

Entre los 21 ceresos se encuentra el Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (CIEPA), que es de los pocos que están en condiciones óptimas. Ahí “las condiciones son cuando menos apropiadas” tras la pandemia de Covid-19, según la CDH, además de que tienen buenas herramientas médicas, la alimentación se basa en recomendaciones de un nutriólogo y tienen buenas áreas de higiene.

 

Otro espacio es el Centro Penitenciario para Adultos Mayores Privados de la Libertad con Enfermedades Crónico-Degenerativas y con Discapacidad (CEPEAM). Este también destaca que los espacios de habitación para discapacitados son reducidos, lo mismo que los espacios de talleres y cocina. En contraste, tienen sitios de esparcimiento, aire libre y condiciones de higiene y limpieza apropiadas.

 

Si bien se cerraron los que estaban en peores condiciones, las PPL que estaban en ellos tendrán que ser llevados a otros ceresos del estado, pero como ha evidenciado la CDH, algunos también presentan problemas similares que deben ser atendidos, especialmente la sobrepoblación y hacinamiento.

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