Juramento presidencial, un protocolo que cambia con la realidad del país

Juramento presidencial, un protocolo que cambia con la realidad del país

Foto: Freepik

Dos días faltan para que México tenga en Claudia Sheinbaum, oficialmente, a su primera mujer presidenta. Será el 1 de octubre cuando se lleve a cabo el protocolo de investidura en el que la morenista asumirá el cargo más importante del país, esto en un acto que se ve cada seis años con el cambio de gobierno, por lo que ha tenido múltiples cambios a lo largo de la historia.

 

Este martes 1 de octubre se dará el cambio de gobierno en México en el que Andrés Manuel López Obrador cederá el cargo a Claudia Sheinbaum para el periodo que comprende del 2024 al 2030. El evento tendrá lugar a las 9:00 horas en una Sesión Solemne en la Cámara de Diputados, tal como sucedió hace seis años y como ha sido durante décadas en el país.

 

La ceremonia de toma de protesta en México sigue siendo un protocolo específico, pero el juramento que hacen los presidentes ha evolucionado a lo largo del tiempo, algo que obedece a los cambios políticos y sociales que acontecen en México. Por lo general, los protocolos han mutado gracias a los cambios de las constituciones.

 

La evolución del juramento de toma de protesta

 

En cuanto al protocolo que seguirá Claudia Sheinbaum, este será el mismo que se ha visto en los últimos años, en una Sesión Solemne del Congreso. Se lee el Bando Solemne, se forman comisiones para recibir al presidente saliente y a la presidenta entrante y un legislador de cada bancada en el Congreso tendrá una intervención de hasta diez minutos para fijar postura por el cambio de gobierno.

 

La presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez Hernández, brindará un mensaje institucional e ingresarán de los presidentes, primero AMLO y luego Claudia Sheinbaum, a fin de que esta última rinda protesta, diga el juramento contenido en el artículo 87 constitucional y se le coloque la banda presidencial para emitir su mensaje; el protocolo termina con la entonación del himno nacional.

 

 

Este es un protocolo que ha perdurado por años sin sufrir mayores modificaciones, pues se sigue leyendo el mismo juramento que hace años: "Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.

 

En otros momentos de la historia esto se dictaba por la forma en que se gobernaba el país, como en los años de la conquista española. Por ejemplo, con la Constitución Política de 1812, también conocida como Constitución de Cádiz, se hacía un juramento en el que se le juraba lealtad a la Corona Española, así como a Dios.

 

Por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía Española, juro por Dios y por los santos evangelios que defenderé y conservaré la religión, que guardaré y haré guardar la Constitución Política y las leyes de la Monarquía Española. Así, Dios me ayude, y sea en mi defensa, y si no, me lo demande”.

 

El texto fue modificado al poco tiempo, pues a partir de que estalló el movimiento de independencia, se cambió la constitución, aunque se conservaron ciertos rasgos que aludían a la fe religiosa. Con la Constitución Federal de 1824 el juramento dejó de mencionar a la monarquía, pero se mantuvo el respeto a la iglesia que en esa época seguía influyendo en la vida pública del país.

 

El juramento se leía de esta manera: “Juro por Dios y por los santos evangelios que ejerceré fielmente el cargo que los Estados Unidos me han confiado, y que guardaré y haré guardar la Constitución y las leyes generales de la federación”.

 

Este texto duró lo mismo que el anterior, pues en 1836, 12 años después, cambió de nuevo sin dejar de lado la connotación religiosa. El nuevo juramento pasó a decir lo siguiente: “Juro por Dios y por los santos evangelios que ejerceré fielmente el encargo que se me ha confiado y observaré y haré observar exactamente la constitución y las leyes de la nación”.

 

21 años después, con la Constitución de 1857 se vivieron más cambios en la Carta Magna y el juramento para la toma de protesta presidencial se volvió a modificar, en esta ocasión suprimiendo las referencias religiosas. “Juro desempeñar leal y patrióticamente el encargo de presidente de los Estados Unidos Mexicanos, conforme a la Constitución y mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”, fue el texto final en esa época.

 

No fue hasta 1917 cuando la constitución volvió a ser modificada y se estableció el juramento a como lo conocemos hoy, que será el mismo que en dos días enunciará la primera mujer presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Este es el que más ha durado, pues suman un total de 107 años desde que se instituyó.

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