Cada vez es más frecuente ver personas en situación de calle en la ciudad de Puebla. Ya no se trata únicamente de hombres mayores; ahora es común observar mujeres, jóvenes, menores de edad, migrantes, personas con discapacidad o incluso familias completas deambulando sin rumbo por las vialidades. En ocasiones solicitan una limosna, mientras que otras veces buscan refugio en el alcohol o las drogas.
Los indigentes son seres humanos que, por diversas causas económicas o laborales, por adicciones, situaciones culturales, sociales o sicológicas, terminan viviendo en las calles. Lamentablemente, este es un problema que ha sido invisibilizado en gran parte del país. Estas personas enfrentan una dura realidad marcada por la marginación, exclusión y discriminación, lo que provoca diversas reacciones en la sociedad: tristeza, lástima, preocupación, miedo, compasión, repudio o, en muchos casos, simple indiferencia.
Cuando se observa a estas personas, se puede notar la tristeza o el delirio en sus miradas; algunos están bajo los efectos de drogas o alcohol, mientras otros parecen absortos en sus pensamientos. Generalmente, se les ve con la piel y el cabello sucios, arrastrando sus pocas pertenencias en bolsas de plástico o carritos de supermercado. Algunos, incluso van acompañados de perros o duermen sobre camas improvisadas de cartón. En otros casos, se ve a mujeres que, como en una escena surrealista, deambulan maquilladas y cargando muñecas de trapo.
¿Cuáles son los motivos que llevan a estas personas a hacer de la calle su hogar? ¿Eligen dormir en bancas, alimentarse de lo que encuentran en la basura o lo que les regalan, hablar con nadie, cortar lazos con la sociedad y construir su historia en el espacio público?
La sociedad parece haberse acostumbrado a ver personas viviendo en condiciones de abandono social y extrema pobreza, aunque la mayoría las percibe como una población invisible, cuyos derechos humanos no son respetados y quienes, además, están sujetas a mitos que deshumanizan su situación.
Las causas por las que estas personas acaban en la calle son diversas y complejas. A menudo, están relacionadas con la pobreza extrema, la falta de empleo, la violencia familiar, la adicción a las drogas y problemas de salud mental. Muchas familias, desplazadas de sus hogares por diversas circunstancias, están en una situación desesperada donde cada día es una lucha por sobrevivir.
De acuerdo con el Sistema Municipal DIF, en 2022 se atendió a más de 400 personas en situación de calle en Puebla. En junio de este año, Carolina Morales, directora del organismo municipal, aseguró que, al menos en el centro histórico, han detectado entre 40 y 45 personas en esta situación.
El último censo de Población y Vivienda, hecho por el INEGI en 2020, registró que hay aproximadamente 5,700 personas en situación de calle en todo el país. Sin embargo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó en 2022 que en México existen alrededor de 14 millones de personas en esta condición.
La dificultad para contabilizar a esta población es alta, debido a su dispersión y constante movimiento. Esto hace que no haya un lugar fijo donde puedan ser localizados, lo que complica aún más su inclusión en las estadísticas y la implementación de soluciones efectivas para ayudarlos.