La sofisticada operación contra Hizbolá: cada bíper contenía hasta 57 g de explosivos

Después de que se diera a conocer el ataque contra milicianos del partido chií libanés Hizbolá, que dejó un total de 12 muertos y 2,800 heridos, el analista militar Elijah J. Magnier indicó que es probable que los dispositivos hayan sido manipulados desde su origen antes de ser enviados a Líbano, y un mensaje falso que supuestamente provenía de la cúpula de la organización chií habría sido la causa de la detonación de hasta 57 gramos de explosivos adheridos a las baterías de 3,000 buscapersonas, en una operación altamente coordinada y sofisticada por parte de Israel. 

“No se importaron directamente al Líbano, sino que se detuvieron en un país cercado durante tres meses, donde Israel implantó el explosivo. Incluía bolas de metal dentro o alrededor de la batería, para que la fuerza explosiva expulsara estos pequeños fragmentos de metal hacia afuera, aumentando significativamente la letalidad”, aseguró Magnier.

Los analistas indicaron que acceder a la cadena de distribución o montaje de estos dispositivos no es tarea fácil, por lo que detrás de este plan hubo un organismo sofisticado. Según fuentes internacionales, el Mossad fue quien coordinó el ataque; sin embargo, The Jerusalem Post asegura que fue un trabajo en conjunto con la IDF. Por su parte, The New York Times señaló que los dispositivos tenían 57 gramos de materiales explosivos.

Las fuentes de seguridad libanesas aseguran que Hezbolá adquirió 5,000 buscapersonas a la empresa taiwanesa Gold Apollo, la cual negó toda implicación en el caso, afirmando que la fabricación corre a cargo de una compañía húngara con sede en Budapest llamada BAC.

“Nosotros sólo proporcionamos la autorización de la marca registrada y no estamos involucrados en el diseño ni en la fabricación de estos productos. Siempre nos adherimos a las regulaciones pertinentes y mantenemos una cooperación transparente y conforme con nuestros socios”, afirmó la empresa BAC en un comunicado.

Tras lo sucedido, Hizbolá acusó directamente a Israel y prometió que tomará represalias; además, aseguró que continuará con sus “operaciones para apoyar a Gaza, su gente y su resistencia”. Por su parte, Irán condenó el ataque al que calificó como “terrorista” y solicitó sanciones contra Tel Aviv.

“La operación terrorista en el Líbano se llevó a cabo como una continuación de las operaciones combinadas del régimen sionista de Israel y sus agentes mercenarios”, comentó Naser Kananí, ministro de exteriores iraní.

Los países occidentales expresaron su preocupación ante la posibilidad de que este ataque escale el conflicto, aunque evitaron señalar a Israel como el culpable. Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, solicitó que “eviten tomar medidas que puedan intensificar el conflicto”.