Invasión de ambulantes, un problema que parece no tener fin en La Margarita

Invasión de ambulantes, un problema que parece no tener fin en La Margarita

Foto: Imagen Poblana

Es bien sabido que en Puebla uno de los grandes problemas es el ambulantaje, pero no el hecho de que las personas salgan a vender algún producto a la calle, sino que acaparen los espacios públicos e instauren sus propias reglas a los demás. Lo usual es pensar en que esto ocurre en el centro histórico de la ciudad o la CAPU, pero en las unidades habitacionales también es un problema.

 

Lo anterior se hace evidente en La Margarita, unidad habitacional que también se ha visto invadida por ambulantes que expropiaron los espacios públicos de los habitantes y, encima, son renuentes al diálogo. Estos venden todo tipo de artículos a plena luz del día y sin restricciones, incluidos algunos que están restringidos y cuya venta y exhibición se hace al alcance de menores de edad.

 

El ambulantaje en La Margarita está presente en varios puntos de la unidad, en especial en la zona de mayor afluencia: la avenida Fidel Velázquez, de la calle Vicente Guerrero y llega hasta el hospital del IMSS en el bulevar Vicente Suárez. A diferencia de lo que ocurre en el centro histórico o la CAPU, aquí los ambulantes no ocupan toda la vía, pero igualmente obstruyen el tránsito peatonal.

 

En la zona ubicada frente al nosocomio, los ambulantes acapararon todos los espacios de la entrada principal con puestos de todo tipo, desde comida hasta copias e impresiones para los derechohabientes. El ambulantaje permanece a pesar de que esta es la vía por la que entran y salen las ambulancias que ingresan al hospital y de que hay una caseta de vigilancia a un lado.

 

El otro punto donde más se concentran los ambulantes y donde hay en mayor número es sobre la avenida principal casi en esquina con la calle Vicente Guerrero, pues ahí es más evidente la presencia de ambulantes. Alimentos como pollo sin refrigeración, comida preparada y tanques de gas, ropa, dulces y refrescos son los artículos que se venden.

 

No obstante, a la mano de menores de edad y sin supervisión o intervención de las autoridades, también se vende pirotecnia, exhibida bajo el rayo del sol, lo que supone un riesgo para las personas. A un lado también se ofertan botellas de insecticida de libre venta para toda persona que transite por la calle.

 

Uno de los reclamos recurrentes de los habitantes de La Margarita es que la presencia de estos comerciantes atenta contra el uso de los espacios comunes, o bien, impiden que sean los propios colonos los que vendan sus productos, pues aquí también se ve el cobro de piso por parte de organizaciones de ambulantaje.

 

Para Florentino Hernández, habitante de La Margarita, el principal problema es que acaparan las áreas peatonales, lo que supone un riesgo para los menores que salen de la escuela y todo el que camina por la banqueta. Si bien no está en contra de la existencia de los ambulantes, no está de acuerdo en que se apropien de las áreas comunes.

 

“Para mí debería de haber lugares donde pueden estar y donde uno pueda transitar sin ningún impedimento para caminar”, acotó.

 

Detalló que los vecinos han intentado dialogar con ellos para que liberen los espacios, pero siempre responden de manera prepotente y no ceden a su petición. Los amenazan con que son de la 28 de Octubre u otra unión de ambulantes, por lo que prefieren no meterse en problemas y dejan el tema en las autoridades, quienes tampoco han hecho algo al respecto.

 

Los vecinos que intentan vender sus cosas ahí también encuentran impedimentos, ya que son víctimas de cobro de piso. El señor Fausto declaró que él ha sido testigo de cómo a una señora que vende pan en el bulevar 38 sur, a unas calles de Fidel Velázquez, le cobran de 50 a 100 pesos semanales por dejarla vender, a pesar de que vive en la unidad.

 

“Hay un grupo de líderes de mercados. Estos cuates los hemos visto, son de los que llegan aquí al tianguis de los sábados en la Fidel Velázquez y te dicen que tú no puedes estar acá, ¿por qué razón, si soy vecino de La Margarita? ‘No importa, si vas a estar acá te vamos a cobrar’”, declaró.

 

Otro vecino que prefirió mantenerse en el anonimato señaló que él ha intentado vender sus “chacharitas” en la zona comunes de la unidad, las que son de los vecinos, no en la vía pública, pero se le acercan y también le exigen el pago de piso. Es por esto que él ha desistido de salir a vender, pues sus ganancias no son tan grandes como para dar para tal pago.

 

En su caso, dijo que trató de sacar un permiso en el ayuntamiento, pero ahí siempre se lo niegan y luego el personal llega a retirarlo por supuestamente invadir la vía pública. En su opinión, esto obedece al hecho de que están coludidos, según el colono, los que cobran de piso y el personal del ayuntamiento, impidiendo que los vecinos ocupen los espacios y dejándolos para los ambulantes.

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