Con la cercanía de las fiestas patrias, muchos puestos han comenzado con la venta de artículos de pirotecnia. Cada año, niños, jóvenes y adultos compran cuetes para festejar el 15 de septiembre y "mostrar" su orgullo patrio. Sin embargo, con el paso de los años, los fuegos pirotécnicos se han vuelto cada vez más sofisticados, lo cual aumenta el riesgo de que los usuarios puedan sufrir accidentes graves.
Atrás quedaron los tradicionales cuetes, los chifladores, las "brujitas", las clásicas "palomas" y los cañones. Hoy en día, es común encontrar cañones R-15, bombas, palomas de hasta 30 centímetros por lado y un sinfín de artículos explosivos de gran tamaño y peligrosidad por la cantidad de pólvora que contienen.
Por ello, en México los artificios pirotécnicos deben cumplir con ciertas características para considerarse legales, como no contener sustancias tóxicas o peligrosas como plomo, mercurio o arsénico; no superar los 100 decibeles al momento de explotar; no tener un diámetro mayor a 5 cm; no tener una longitud mayor a 50 cm; no contener más de 50 gramos de pólvora; tener una etiqueta que indique el nombre del fabricante, la fecha de elaboración y las instrucciones de uso; y contar con un dispositivo de seguridad que evite que el artificio se encienda accidentalmente, entre otros.
¿Cuál es la sanción por tronar cuetes en la calle?
De acuerdo con el Código Reglamentario para el municipio de Puebla, en su artículo 209, fracción 1, inciso A y B, se impondrán sanciones para aquellas personas que utilicen objetos detonantes de cualquier tipo, como cohetes o juegos pirotécnicos, que atenten contra la seguridad pública, el orden público o el tránsito de vehículos o peatones.
¿Cómo se sanciona esta falta?
- Con una amonestación
- Una multa del equivalente al valor diario de 5 a 60 unidades de medida y actualización al momento de determinarla
- Arresto de hasta 36 horas
- Trabajo comunitario
Pero también hay sanciones para quien venda este tipo de artificios sin el permiso otorgado por la Sedena.
De acuerdo a la Ley Federal de Pirotecnia, en su artículo 66, serán sancionados con 10 a 50 días de salario mínimo diario vigente quienes almacenen material y artificios pirotécnicos en lugares no autorizados, quienes posean para su comercialización materias y artificios pirotécnicos sin el permiso correspondiente, quienes incumplan con la presentación de informes a que se refiere esta ley, quienes incumplan las obligaciones señaladas en esta ley o su reglamento, y quienes vendan artículos pirotécnicos a menores de edad.
En este caso, la Secretaría de la Defensa Nacional será competente para aplicar las sanciones contenidas en el presente artículo.
De igual forma, en el artículo 67 de la presente ley, se impondrá de un mes a dos años de prisión y de 50 a 200 días de salario mínimo vigente a quien fabrique, almacene, importe o exporte materias y artificios pirotécnicos sin el permiso correspondiente; disponga indebidamente de las materias y artificios pirotécnicos con que se haya dotado su permiso; administre locales de fabricación, almacenamiento o demás establecimientos que se dediquen a las actividades reguladas por esta ley, sin sujetarse a las condiciones de seguridad a las que estén obligados; transporte de materias y artificios pirotécnicos sin el permiso correspondiente o mediante empresas no autorizadas; y enajene materias y artificios pirotécnicos sin el permiso que corresponda, de conformidad con esta ley y su reglamento.
Es importante tener en cuenta que la pirotecnia no es un juego. Aunque para muchas familias forma parte de la tradición la quema de cuetes en este tipo de celebraciones, la realidad es que su mal uso puede generar consecuencias como quemaduras graves o mortales, lesiones y pérdida de extremidades, irritación de ojos y vías respiratorias, y lesiones auditivas.
Y aunque cada año se anuncian megaoperativos para inhibir la comercialización de pirotecnia, lo cierto es que es muy común encontrarla en varios lugares donde ya es "tradicional" su venta, en muchos casos con la complacencia de las autoridades encargadas de mantener el orden.