Una niña de nueve años identificada como Eli-zé du Toit, aseguró haber visto caer una roca negra con una apariencia brillante por fuera y gris por dentro mientras jugaba en casa de sus abuelos. Cuando la tomó, aún estaba caliente y se la entregó a su madre, que la llevó a analizar con los científicos.
“Sonó como un trueno, luego vi una roca cayendo del cielo y luego fui a recogerla. Todavía se sentía caliente. Se la mostré a mi abuela y dijo que era un trozo de roca normal que cayó del cielo, pero mi mamá buscó en Google y dijo que podría ser un meteorito”, comentó la niña.
Científicos sudafricanos confirmaron que se trata de un fragmento del meteorito que cayó en la provincia de Cabo Oriental en agosto. El meteorito fue descrito como un bólido del tamaño de una motocicleta y pudo ser observado por los residentes de varias provincias el 25 de agosto, quienes confirmaron haber visto un resplandor de luz azul, blanca y naranja en el cielo, acompañado de una explosión y temblores en la Tierra.
In pictures: From the heavens into a young girl’s hands — South African researchers unveil meteorite fragments discovered by 9-year-old Eli-ze du Toit in Gqeberha after the cosmic rock streaked across sky last week pic.twitter.com/nBHLm3icMx
— TRT World Now (@TRTWorldNow) September 3, 2024
El fragmento hallado tiene menos de 5 centímetros de diámetro, pesa menos de 90 gramos y fue nombrado provisionalmente como “Meteorito Nqweba”. El profesor Roger Gibson de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Witwatersrand (Wits), explicó en una conferencia de prensa que el meteorito “se convirtió en una bola de fuego espectacular debido a la fricción con la atmósfera”, razón por la que se desintegró en varios fragmentos y el estampido sónico.
Gibson detalló que al entrar en la atmósfera con una velocidad extrema, el meteorito experimentó una resistencia creciente que causó vibraciones y tensiones internas. Estas tensiones, junto con la expansión del aire atrapado, resulta en una explosión que fragmenta el meteorito en piezas más pequeñas.
“Lo que vemos en este proceso es una serie de partes del cuerpo original, que se van separando lentamente, se ensanchan y luego se apagan. Y es entonces cuando se desaceleran lo suficiente como para que ya no se calienten por la fricción. Entran en un vuelo oscuro”, añadió el profesor.