El 28 de agosto se conmemora el Día del Adulto Mayor en México y en diferentes países, enfocado en aquellas personas que tienen 60 años o más. Esta etapa de la vida es en la que una persona llega con más experiencias, pero al mismo tiempo es en la que más se enfrenta a muchos retos en lo físico, emocional y social, algo que se agrava cuando también hay abandono por parte de los hijos u otros familiares.
Para hablar de esto, el señor José Guadalupe Martínez comentó, en entrevista para Imagen Poblana, cómo es para él vivir en este momento de su vida, cómo lo afronta y qué percepción tiene de esta etapa. Asimismo, comentó cuáles son sus experiencias y cómo ha sido la factura del tiempo en su salud física y emocional, aunado a los retos que enfrenta ante el abandono de sus tres hijos.
José Guadalupe es un hombre de 78 años que vive en la ciudad de Puebla junto a su hermana, Mercedes. En sus propias palabras, el hecho de llegar a esa edad “es lo más hermoso que le ha pasado en la vida”, ya que ha visto prácticamente todo lo que podía, convivió con su familia y vio la muerte de sus padres y otros familiares, pero lejos de verse afectado está feliz y agradece a Dios por todo.
“Significa algo muy especial, primero hay que darle gracias a Dios que me dejó llegar a esta edad (...) es una vida muy hermosa porque me tocó viajar a todos lados, conocí todo el interior de la República y parte de Centroamérica, pude ir a Guatemala, El Salvador y Honduras por mi trabajo”, dijo.
Don José empezó a trabajar a los 14 años como cobrador de los autobuses “Flecha Roja” y luego en “AU”. A los 18 años se puso al volante, pero a los 47 le detectaron un glaucoma en el ojo izquierdo que le dejó la vista al 60 %, por lo que lo pensionaron. Siguió laborando en el área administrativa de ADO por varios años hasta que se retiró definitivamente, eso sí, con todo tipo de vivencias detrás suyo.
Su rutina actual está bien definida y la comparte con su hermana. Ambos inician el día yendo a desayunar a un mercado, pero en la comida él va a la CAPU para visitar a sus amigos y antiguos compañeros del trabajo. Para finalizar, en las noches llega y se toma un café con ella, luego se retira a su casa donde vive solo.
Él define su situación actual como una bendición, toda vez que tiene una buena calidad de vida, tiene buen físico, con pocas complicaciones, y guarda capacidades del habla y el pensamiento en buenas condiciones. Por el contrario, refiere que hay personas que a su edad permanecen postradas y poco a poco presentan un deterioro mental que les impide hablar o pensar con claridad.
Respecto a los cambios físicos que ha experimentado, lo que le afecta es la vista que, como lo dijo anteriormente, está más deteriorada. No obstante, las mayores afectaciones derivan de operaciones que tuvo en el recto y en la columna vertebral, esta última a causa del ataque de un perro, siendo este el daño físico más significativo en su vida.
En lo emocional, a pesar de que tuvo pérdidas como la muerte de su esposa, su hija y sus padres, esto no le afectó demasiado porque, en su momento, tuvo una red de apoyo que le ayudó a superar dichas circunstancias. Lo único a lo que se cierra es a buscar el amor nuevamente, ya que no ve posible encontrar a una persona que lo pueda entender, pero tampoco es algo que lo desanime o le genere inquietud.
Sin embargo, no todo ha sido positivo en su vida, ya que cada día sufre el abandono de sus hijos. Él tuvo cuatro hijos, tres mujeres, una ya fallecida, y un varón, todos ya casados y con su propia familia, aunque tiene años que no ve a ninguno de ellos, pues dejaron de visitarlo tan pronto como crecieron y se independizaron.
Nuestro entrevistado explicó que un reto al que se enfrenta es su sustento. Como pensionado recibe un pago de 3,500 pesos mensuales, algo que no es suficiente para sus gastos diarios. Refirió que una mejora sustancial para él son los apoyos que otorga el gobierno federal para adultos mayores, pues si bien no tiene demasiada libertad económica, le alcanza más que la pensión sola de trabajador.
Finalmente, dijo que en la vejez muchas personas tienden a renegar de todo lo que no hicieron en su juventud o del trato con las demás personas, pero en su caso no lo ve así. “Todo mundo que llega a la tercera edad, a veces maldecimos por lo que no hicimos de jóvenes o a veces nos quejamos de que no hay amor y chocamos con las personas, pero gracias a Dios de ahí en fuera no me quejo”, finalizó.