El 7 de julio del 2023 el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina puso la primera piedra para la construcción de la nueva sede del Congreso del Estado, una obra que está cerca de concluir. Aunque la inauguración del recinto legislativo está retrasada, la rapidez con la que se hizo contrasta con la edificación del Hospital de San Alejandro, que a casi siete años está lejos de concluir.
Hace trece meses y medio el gobernador inicio la construcción de la nueva sede del Congreso en la zona de los fuertes de Loreto y Guadalupe. Está previsto que el edificio reemplace al recinto que se encuentra en la calle 5 oriente 128, en el Centro Histórico de la ciudad, un espacio que ya presenta deterioro en distintos puntos, además de que es insuficiente para el personal que ahí labora.
Aunque se tenía planeado que los trabajos concluyeran en un año, en los hechos la construcción del Congreso es sumamente veloz en comparación con lo que se ve en San Alejandro. Dicha obra está en curso desde hace casi dos años y aún se ve lejos de llegar a su fin, a pesar de que se anunció la apertura del nosocomio para el mes de septiembre, es decir, en las próximas semanas.
Las diferencias en ambas obras
El nuevo Congreso está a cargo del gobierno estatal y consta de 25,696.53 metros cuadrados, de los cuales 11,000 serán del edificio principal que tendrá lugar para 500 personas. Los espacios incluyen el salón de Pleno, salas de reunión y acuerdos parlamentarios, salón de protocolos, oficinas para grupos legislativos, cubículos, cuatro niveles de estacionamientos subterráneos para 207 unidades, áreas verdes, sistema de captación de agua pluvial y generación de energía solar.
A finales de junio se anunció que el Congreso llevaba más del 70 % de avance, pero debido a diferentes contratiempos, la obra se retrasó y la entrega se daría más de dos meses después de lo previsto.
Y es que en las últimas semanas, derivado de la temporada de lluvias que afectó a la ciudad, las obras se vieron retrasadas y lo más probable es que se apertura se retrase. A esto se suman otros contratiempos, como el retiro de 80 metros cuadrados de losa que se hizo el pasado 27 de julio, algo que la Secretaría de Infraestructura negó que fuera un colapso accidental.
Cómo se dijo anteriormente, el nuevo Congreso arrancó trabajos el 7 de julio del año pasado y la promesa era que estuviera listo en julio de este año, a fin de que la LXI Legislatura lo pudiera inaugurar. Más de un mes después de la fecha pactada, el edificio todavía está inconcluso, pero presenta un avance significativo y es cuestión de semanas para que se inaugure con la próxima Legislatura.
Si bien el gobernador Sergio Salomón señaló que harán los esfuerzos para que se abra a más tardar el próximo 14 de septiembre, en los hechos, tomando en cuenta la magnitud de la obra, estará lista en un tiempo considerablemente rápido. Esto no pasa con San Alejandro, un hospital que ha sido una demanda por casi siete años y del que aún se ve un retraso importante.
La urgencia del Hospital General Regional número 36 de IMSS “San Alejandro”, se dio el 19 de septiembre del 2017 con el sismo que causó daños en su estructura y lo dejó inutilizable. A raíz de ese momento empezó el largo camino para la reconstrucción del nosocomio, una obra que no termina a casi siete años de dicha tragedia y cerca de la conclusión de otro mandato presidencial.
El retraso inicial fue la demolición del edificio dañado por el sismo, toda vez que luego de quedar inutilizable, no lo derrumbaron durante el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto. No fue sino hasta el 21 de julio del 2021, a casi cuatro años del temblor, que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) empezó los trabajos de demolición, aunque estos terminaron en mayo del 2022.
La reconstrucción partió formalmente en diciembre del 2022, más de cinco años después del sismo y a cuatro años de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia. Pese a que ya había acción en el sitio, surgió un retraso más, que fue el del retiro de los cimientos viejos, acción que concluyó en 2023.
Para febrero de este año, más de seis años después de que San Alejandro fue declarado inútil, AMLO y el gobernador Sergio Salomón afirmaron que el nosocomio tenía un avance del 40 %, por lo que sostuvo que estará funcionando en septiembre de este año. Más tarde, en junio, el director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, y el mandatario estatal aseguraron que el progreso seguía y ya iban a un 80 % de la obra.
En reiteradas ocasiones AMLO ha dicho que sí o sí, antes de que termine su gobierno el hospital de San Alejandro estará listo y funcionando, por lo que, supuestamente, la obra concluirá en las próximas semanas. Pese a esta promesa, la obra todavía luce lejos de terminar y podría no ser inaugurada en la fecha prometida.
Por si fuera poco, San Alejandro no atenderá a la población de la misma forma que antes. Lo anterior obedece a que el hospital que antes fue el más grande de Latinoamérica con 415 camas, ahora quedará reducido a sólo 180 camas, es decir, menos de la mitad de las que había.