Aun con la inclusión al máximo, Juegos Paralímpicos no despiertan el mismo interés

La historia del movimiento paralímpico se remonta al 29 de julio de 1948, en la apertura de los Juegos Olímpicos de Londres, cuando Ludwig Guttmann, encargado de la unidad de lesionados medulares del hospital Stoke Mandeville, organizó la primera competición para atletas en sillas de ruedas, a la que llamó Stoke Mandeville Games.

Sin embargo, no fue hasta las Olimpiadas de Roma en 1960 que se llevaron a cabo los primeros Juegos Paralímpicos, con la participación de 400 atletas parapléjicos de 23 países. Desde entonces, se celebran cada cuatro años, coincidiendo con los Juegos Olímpicos. De hecho, la palabra “paralímpicos” proviene de la preposición griega “para” (al lado de o junto a) acompañada de “olímpico”, dando a entender la coexistencia de ambos movimientos deportivos.

Con la conclusión de los Juegos Olímpicos de París 2024, toca el turno de los Juegos Paralímpicos, que se desarrollarán del 28 de agosto al 8 de septiembre. Durante 11 días de competición, se disputarán 549 eventos con medalla, en los 22 deportes que forman parte del programa paralímpico. La 17ª edición paralímpica reunirá a 4,400 deportistas con discapacidad física, intelectual, visual y parálisis o lesión cerebral, llegados de 182 países.

México, en esta justa paralímpica, siempre ha destacado, a diferencia de los deportistas que participan en los Juegos Olímpicos. Desde su debut en Heidelberg 1972, la delegación mexicana ha competido en todas las ediciones de los Juegos Paralímpicos de Verano, obteniendo un total de 311 medallas, de las cuales 104 son de oro, 92 de plata y 115 de bronce.

Participaciones de México en las Olimpiadas

México debutó en los Juegos Paralímpicos de Heidelberg 1972, pero no obtuvo medallas; en los Paralímpicos de Toronto 1976, la delegación mexicana obtuvo 39 medallas, de las cuales 16 fueron de oro. En Arnhem 1980, México tuvo su mejor actuación en los Juegos Paralímpicos, donde terminó en el noveno puesto del medallero general con 42 preseas paralímpicas, de las cuales 20 fueron de oro.

En Nueva York y Stoke Mandeville 1984, la delegación mexicana obtuvo seis medallas de oro y un total de 37 preseas. En Seúl 1988, México se situó en el medallero con ocho medallas de oro y un total de 24 preseas.

En Barcelona 1992, solo se obtuvieron 11 medallas en total, ninguna de oro. En Atlanta 1996, la delegación mexicana obtuvo 12 medallas, de las cuales tres fueron de oro. En los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000, el representativo mexicano consiguió un total de 34 medallas, de las cuales 10 fueron de oro. En Atenas 2004, la delegación mexicana obtuvo 14 medallas de oro, para sumar un total de 34 preseas.

En las Olimpiadas de Pekín 2008, México consiguió 10 medallas de oro para un total de 20 preseas; en Londres 2012, los atletas mexicanos obtuvieron un total de 21 medallas, seis de ellas de oro.

En Río 2016, los mexicanos ganaron 15 medallas, de las cuales cuatro fueron de oro, y en los Paralímpicos de Tokio 2020, la delegación mexicana obtuvo 22 medallas, con siete de oro.

¿Por qué los Juegos Paralímpicos no tienen la misma proyección que los Olímpicos?

A pesar de vivir en una sociedad en la que cada vez se están haciendo más esfuerzos en el tema de la inclusión, la falta de cobertura mediática de los Juegos Paralímpicos es una realidad que ha sido destacada por muchos expertos y defensores de los derechos de las personas con discapacidad.

Y es que, aunque los Juegos Paralímpicos han crecido en popularidad y reconocimiento en los últimos años, todavía enfrentan desafíos significativos en cuanto a la cobertura mediática en comparación con los Juegos Olímpicos.

La falta de conciencia y comprensión sobre la discapacidad en el deporte lleva a una falta de interés y apoyo por parte de los medios de comunicación y el público en general. Los estereotipos y prejuicios sobre las personas con discapacidad pueden influir en la forma en que se presentan y se promueven los Juegos Paralímpicos en los medios de comunicación.

A esto, hay que sumarle la falta de apoyo institucional y financiero, lo cual limita la capacidad de los organizadores para promocionar y desarrollar el evento. El poco entusiasmo del público también limita la proyección y reconocimiento de los paralímpicos.

Existen muchos factores más que impiden una mayor proyección de estos juegos, como son patrocinios, apoyos gubernamentales, premios por obtención de medallas, entre otros. Es decir, todavía hay un camino por recorrer para lograr una igualdad de condiciones en términos de proyección y reconocimiento.