La vieja fórmula de los “reality shows” sigue atrapando a la audiencia mexicana

La vieja fórmula de los “reality shows” sigue atrapando a la audiencia mexicana

Foto: Freepik

En un afán comercial y en detrimento de la calidad de las producciones televisivas llegó a México hace poco más de 20 años un concepto televisivo conocido como “reality show” en un programa de nombre “Big Brother”. El formato prometía dos cosas, revolucionar la televisión haciendo que el espectador pasará a ser protagonista y promover el morbo.

 

“Big Brother” fue borrando la línea que divide la vida privada de la vida pública. Los protagonistas estuvieron dispuestos a exhibirse y, planeado o no, entre más exhibicionista era el personaje, parecía obtener más fama. La fórmula cansó hasta llegar a su fracaso. Pero no se renunció a la idea de hacer del espectador el protagonista, sobre todo porque entró en competencia el mundo de las redes sociales, donde la persona dejo de ser un custumer a un prosumer.

 

Hoy está en la palestra y haciendo bastante ruido “La Casa de los Famosos”, un refrito de “Big Brother” donde entran famosos a una casa a convivir y son expuestos a situaciones en las que muestran su verdadero yo. Pese a las polémicas y la serie de críticas el programa ha roto récord de audiencias en México. 

 

 

El éxito del show también se debe a las intensas rivalidades entre los participantes que han dividido al público en dos grandes grupos. Esta polarización ha generado un frenesí en redes sociales, convirtiendo al reality en el tema central de conversación en algunos sectores de la sociedad.

 

Actualmente, la industria de la televisión en México ha experimentado cambios significativos, con tres grandes empresas, Televisa, TV Azteca e Imagen Televisión, dominando las transmisiones nacionales. A pesar de la creciente oferta y preferencia por las plataformas de streaming, la televisión tradicional sigue siendo parte esencial en la vida de las personas en México, 94.4 millones de mexicanos consumen contenidos televisivos radiodifundidos, ya sea a través de señales de TV abierta o de paga.

 

La Casa de los Famosos, Reto 4 elementos, Big Brother, La Isla, Exatlón, MasterChef, La Academia, Survivor y otros más, son reality shows en el que personas compiten para ganar un premio, el cual generalmente es dinero, La dinámica de cada uno de ellos es diferente, pero el objetivo final es consagrarse con el primer lugar.

 

 

Y es precisamente esta dinámica la que hoy en día está generando récords de audiencia en la televisión mexicana. 

 

Expertos en el área de las comunicaciones afirman que el reality show es un género televisivo en el que los protagonistas no son actores, sino personas anónimas o personas que están participando por cuenta propia. Además de que es un producto de alta rentabilidad porque no requiere grandes producciones, equipos, ni sets. Las marcas ven el buen rating y lo patrocinan. El lenguaje que aborda es el que la gente entiende y hay una retroalimentación con los fans.

 

Señalan que, en el caso de La Casa de los Famosos, pasa de ser un símbolo de distanciamiento, de percibirlo como algo lejano a ser un artefacto en el que se depositan connotaciones inseparables particulares, aunque esto dependerá mucho de la alfabetización mediática o las competencias de recepción.

 

Los reality shows son una forma de entretenimiento fácil de entender y que se relaciona con la vida cotidiana, tanto, que algunos televidentes se llegan a identificar con los participantes y conectar emocionalmente con ellos por las historias que cuentan, que suelen ser siempre las mismas. Los participantes a través de la creación de personajes reflejan arquetipos primitivos como “la buena”, “la mala”, “el guapo” o “el feo”. Esto permite a los espectadores vivir emociones como el odio, el amor y la angustia a través de la ficción.

 

Este panorama detona aún más con el uso de las redes sociales, en las que las audiencias pueden comentar todo lo relacionado con sus programas favoritos para formar una discusión acerca del tema, ya que es ahí donde se crean comunidades en las que se forman fandoms, entre otras situaciones, y el programa se mantiene vigente.

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