En la actualidad, las empresas que proporcionan servicios a los usuarios se protegen las espaldas legalmente con unos textos que normalmente la mayoría de las personas no se toman el tiempo de leer y aceptan sin pensar, lo que podría ser más inquietante de lo que parece.
Los términos y condiciones son los detalles vitales que las empresas implementan para asegurarse de protegerse y regular la relación con sus usuarios. A pesar de lo simple que parece, los términos y condiciones están pensados para cumplir con escenarios altamente complejos y muy específicos.
Por ello, no leer los términos y condiciones puede acarrear serias consecuencias.
1. Desconocimiento de políticas de privacidad, exponiendo información personal sin saber cómo se utilizará o compartirá.
2. Pérdida de derechos, es decir, al aceptar términos sin leerlos, podrías renunciar a derechos importantes, como a reclamar o a obtener reembolsos.
3. Gastos inesperados, ya que puedes incurrir en cargos adicionales o tarifas ocultas que no estaban claras.
4. Uso indebido de datos, ya que hay empresas que pueden recopilar y utilizar tus datos sin tu consentimiento explícito.
5. Limitaciones de responsabilidad, al aceptar los términos, puedes limitar tu derecho a demandar en caso de problemas o daños.
6. En casos extremos, el incumplimiento de términos y condiciones puede tener implicaciones legales.
7. Puedes exponerte a riesgos de seguridad al aceptar términos sin comprender las medidas de protección de datos.
8. Puedes renunciar a garantías o protecciones que ofrece la ley o el proveedor.
9. Puedes restringir tu capacidad para utilizar un servicio o producto de manera que no esperabas.
10. Si no lees los términos, puedes no estar al tanto de cambios importantes que afecten tus derechos u obligaciones.
Por tal motivo, es importante leer y comprender los términos y condiciones antes de aceptarlos para protegerte y evitar sorpresas desagradables, tal como le sucedió a la familia de una mujer que falleció en 2023 por una reacción alérgica después de comer en un restaurante de Disney en Florida y decidió demandar a la empresa.
Sin embargo, Disney pide desestimar la demanda con base en un acuerdo que favorece el arbitraje en caso de conflictos y que estaba contenido en unos documentos cuando el esposo de la fallecida accedió al servicio de streaming Disney Plus. Es decir, el esposo firmó un presunto acuerdo que no permite que la demanda proceda.
Sin embargo, así como este caso, se han presentado otros tantos, en donde las personas no leyeron los términos y condiciones y tuvieron consecuencias.
Una mujer del Reino Unido en 2019 perdió 1,500 euros después de no leer los términos y condiciones de un sitio web de apuestas, el cual manifestaba que tenía que cumplir ciertos requisitos para poder retirar su dinero.
En ese mismo año, una mujer en Canadá fue multada con 1,000 dólares después de no leer los términos y condiciones de un contrato de préstamo, que incluía una cláusula que establecía que tenía que pagar una tarifa por cubrir total antes de tiempo.
Asimismo, en 2018 una pareja en Australia perdió 15,000 dólares después de no leer los términos y condiciones de un alquiler de vacaciones. No se dieron cuenta de que el contrato incluía una cláusula que les impedía dejar comentarios negativos en línea.
En el 2017, en Estados Unidos un hombre demandó a T-Mobile después de que su teléfono fue robado y el ladrón utilizó su cuenta para comprar un auto a través de un servicio de subastas en línea. El hombre no había leído los términos y condiciones de T-Mobile, que establecían que el cliente era responsable de las compras hechas con su cuenta.
De igual forma, en 2015 un hombre en los Estados Unidos fue demandado por utilizar software pirata después de no leer los términos y condiciones de un contrato de licencia de software que había aceptado.
En el mismo país, un hombre demandó a una compañía de seguros en el 2013 después de que le negaron una reclamación por daños a su casa. Sin embargo, el afectado no había leído los términos y condiciones de su póliza de seguro, los cuales establecían que tenía que notificar a la compañía dentro de un plazo determinado.