Estamos celebrando los juegos olímpicos, la fiesta mundial del deporte que cada cuatro años reúne a los mejores atletas en una competencia que también tiene implicaciones políticas y económicas. Resulta una obviedad que los países más ricos sean los que más medallas ganan, pero ¿en qué y cómo deben los países invertir para tener medallas? Aquí hacemos un breve análisis.
Para ganar más medallas algunos países han optado por pagar una remuneración a cada atleta, para los juegos de Paris 2024, el país que paga más alto por una presea de oro es Hong Kong con 768 mil dólares, le sigue Israel, Serbia y Malasia con más de 200 mil dólares que son casi 4 millones de pesos mexicanos. En nuestro país hay un reglamento del programa de Cultura Física y Deporte que estableció para este año fiscal un pago de 3 millones de pesos para quien gane una medalla de oro, 2 millones para una plata y 1 millón para una de bronce. Son cifras bastante competitivas, estamos entre los 10 países que más pagan por medalla, sin embargo, nuestro país y los arriba mencionados están muy lejos de ser los que más medallas consiguen.
Los países que históricamente han conseguido más medallas de oro se presentan en el gráfico siguiente. El primer lugar es de Estados Unidos, tiene más de mil. El segundo lugar es para un país que ya no existe y que a pesar de que dejó de sumar medallas desde Seúl 1988, no lo han podido rebasar, se trata de la Unión Soviética (URSS). Recordemos que la “guerra fría” llevó la rivalidad entre Estados Unidos y la URSS a otros campos como la ciencia, la tecnología, la carrera espacial y el deporte, por lo que un atleta soviético que ganaba una medalla tenía el rango de héroe nacional y obtenía un gran prestigio, además de varios beneficios económicos y sociales.
Elaboración propia
Si observamos el gráfico anterior comprobamos que los países más ricos del mundo son los que más medallas han logrado, pero no son los que más pagan por medalla a sus atletas, por sorpresivo que parezca, tampoco Estados Unidos. Si no son los pagos individuales, ¿cómo debería orientar su gasto un país para tener campeones olímpicos?
La evidencia empírica nos demuestra que se trata de complejos entramados que se deben de considerar de forma integral, por ejemplo, un ambiente favorable para la formación de deportistas desde edades tempranas: infraestructura en instalaciones, personal calificado para entrenamiento, apoyos escolares y equipos deportivos. Eso significa un seguimiento sistemático, no a los individuos, sino a las generaciones, por lo que los resultados no serán inmediatos. Los casos más significativos lo demuestran los chinos, llevan muchos años empujando las condiciones objetivas y subjetivas para mejorar en los deportes y puede ser en estas olimpiadas su momento de coronación.
Por otro lado, no sólo son las condiciones materiales, influyen mucho los elementos sociales. El ambiente de competencia, camaradería o el sentimiento de reconocimiento y prestigio son mayores alicientes que cuando los deportistas se preparan de forma aislada. El caso cubano es un ejemplo, las carencias económicas han sido sobrepasadas por un sentimiento colectivista alentado por el Estado, un deportista que además está bien formado políticamente obtiene mejores resultados y se compromete con la “causa común”. Si el deportista tiene una deficiente formación política será del grupo de cubanos que abandonan la villa olímpica para no regresar a Cuba.
Por último, la autoconfianza como resultado de la trayectoria histórica del país y que tiene que ver con el imaginario social en un tipo de efecto pigmaleón o profecía autocumplida. La sociedad espera resultados específicos de sus deportistas y estos cumplen con esas expectativas, de modo que, sociedades acostumbradas a tener medallas de oro esperarán eso de sus deportistas y los deportistas responderán. Por el contrario, sociedades sin medallas, no esperarán nada de sus deportistas y ellos responderán así. El ejemplo está en México, ni los familiares de los atletas esperaban, con sinceridad, una medalla.
Por lo tanto, si bien es necesario que mejoren las condiciones materiales y se incrementen los apoyos a los deportistas, no es sólo aumentando el presupuesto. Se trata de pasar de un enfoque de lo individual que le paga a cada atleta que gana, a uno colectivo, donde es el grupo, la sociedad, el pueblo el que premia con mayores alicientes como el reconocimiento, la admiración, el respeto. Que el deporte vuelva a ser la base de llevar una vida disciplinada por tener cuerpos físicos y mentales sanos, hasta eso nos arrebató el neoliberalismo.
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos