Una de las inquietudes periodísticas más recurrente en Palacio Nacional durante las mañaneras e igualmente en la casa de transición del gobierno de Claudia Sheinbaum (Río Churubusco 270, colonia El Prado, Iztapalapa, cerca del Centro Nacional de las Artes) es la relativa a si la doctora mantendrá o no los “diálogos circulares”, afamados aquí y allende el Bravo y el Suchiate.
La pregunta, formulada de distintas maneras, está cargada de la fuerza de la costumbre a lo largo de casi seis años y no se olvide que los seres humanos estamos hechos de costumbres y la incertidumbre sobre lo que sigue inquieta más en la tercera edad debido a que cuesta más trabajo salir de la “zona de confort”.
Llamadas conferencias de prensa y que en estricto rigor resultan mucho más que eso, las matutinas son irrepetibles porque el liderazgo institucional, político y social del presidente Andrés Manuel también lo es, con independencia de que estemos de acuerdo o no, total o parcialmente, con el rumbo por el que conduce a México, o bien que el desacuerdo sea pleno e inamovible con el también llamado por sus adversarios “señor López”, como sucede entre la mayor parte de los integrantes o asalariados de la dictadura mediática y los propietarios de los principales medios impresos, electrónicos y digitales.
Al comenzar el primer sexenio de la Cuarta Transformación, un colega me contó que le preguntó Jenaro Villamil, el director (encargado del despacho) del Sistema Público de Radiodifusión, cuál es la política de comunicación social del gobierno de López Obrador, y la respuesta lo dejó pasmado: “las mañaneras”.
Por supuesto que las matutinas –como aconseja el farsante de Lorenzo Córdova se les llame– son el principal instrumento de la política de comunicación social del tabasqueño de Tepetitán (Macuspana), además lo es para fijar la agenda política nacional un día sí y otro también, explicar el pasado y vincularlo al presente sociopolítico mexicano, impulsar decididamente lo que AMLO denomina “la revolución de las conciencias”, para girar instrucciones a su gabinete y a otros colaboradores, polemizar con quienes lo considera necesario, exhibir a la resistente corruptocracia, informar del curso de las tareas gubernamentales, escuchar los reclamos y peticiones con denuncias que a veces exageran los portavoces en los detalles. Y también para mantener una comunicación permanente con su base social e interactuar con otros jefes de Estado, incluidos los de Estados Unidos, China y Rusia.
Por eso son irrepetibles las mañaneras como también el liderazgo institucional y político de López Obrador. La creación y el ejercicio de aquéllas datan de 2000-2005, cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal e igualmente dictaba en buena medida la agenda política nacional.
Todo esto tiene que ver con lo que Daniel Cosío Villegas denominó “el estilo personal de gobernar”. Y el de Andrés López Obrador es, en la forma y en el fondo, sumamente singular. Por ello es impropio esperar que Claudia Sheinbaum Pardo sea mimética y reproduzca las “formas de Obrador”. El ofrecimiento programático de la dupla Andrés-Claudia es de “continuidad con cambio”.
Y los indispensables cambios de “estilo personal de gobernar”, de prioridades gubernamentales en educación, vivienda para obreros y jóvenes, equipo de gobierno con más jóvenes, mayor experiencia y trayectoria universitaria nada tienen que ver con la desesperada e incluso torpe búsqueda e impulso de los adversarios de AMLO para meter cuña entre él y la doctora Claudia.
Acuse de recibo
Marko Cortés, presidente del fracasado Partido Acción Nacional gracias a él y a Xóchitl Gálvez el 2 de junio, se desdice de las promesas de campaña que publicitó sobre la Pensión del Bienestar… Hace un par de meses le dijo al impresentable Joaquín López-Dóriga que si la clase media sale a votar en forma masiva “nos olvidamos de los programas sociales”. Y ahora jura ante el buen René Delgado que su partido violentó los tres principios básicos doctrinarios al ofrecer la pensión a partir de los 60 años. No se olvide que este político de segunda fue amo y señor de los moches cuando dirigió la bancada del PAN en la Cámara de Diputados, en 2015-18… “Yo, al igual que (Arturo) Martínez Nateras, también sigo esperando dictaminen mi caso sobre ‘calidad de víctima’ de la guerra sucia en México (1965-1990). Entregué mi reclamo desde el mes de diciembre de 2023 a la Comisión Especial de Atención a Víctimas (CEAV) y su comisionada Ejecutiva Martha Yuriria Rodríguez continúa sin responder”. La denuncia es del doctor Américo Saldívar... De la señora Luz García sobre la extorsión: “Este delito preocupa, avanza a todas las esferas de la sociedad, espero nunca nos alcance”… “Estimado Eduardo: Gracias también por difundir varias cosas que envío. Felicidades a Alexis (Ibarra Martínez) por su cumpleaños. Saludos y abrazos. Elba” (Pérez Villalba)… Ahora estamos en línea con un nuevo sistema y más archivos para consulta:
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