El presidente municipal de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, informó que en la nueva Central Camionera del Sur (CETRAM) no se permitirá la instalación del comercio informal, pues antes de que se hiciera la inauguración oficial, ya había presencia de ambulantes. Esta ha sido una problemática frecuente en esta zona, inclusive con esta nueva obra en la que esperan evitar situaciones como las que se viven en la CAPU al norte de la ciudad.
El edil Adán Domínguez expuso que desde antes de que se abriera la CETRAM, el Ayuntamiento pondría atención al tema de los comerciantes informales, esto mediante un programa de ordenamiento con el que evitaría su instalación en la zona. Además de los ambulantes, el gobierno municipal estará al tanto de la instalación de estructuras que invadan o alteren el paso en la vía pública.
Y es que por mucho tiempo la presencia de los ambulantes ha sido un tema a tratar por parte del ayuntamiento capitalino en la Unidad Habitacional Agua Santa, donde también está el Hospital General del Sur de Puebla, zona en que estos los comerciantes también invaden. El ordenamiento en esta colonia cobra más relevancia al revisar cómo creció el comercio informal en la CAPU, sitio en el que el ambulantaje se ha impuesto y acapara los espacios públicos.
¿Cómo comenzó la CETRAM en cuanto a ambulantes?
En primera instancia, al hacer un recorrido por las calles aledañas a la nueva CETRAM del Sur, la presencia de comerciantes ambulantes en el espacio es casi nula, toda vez que la circulación por la calle se lleva a cabo con normalidad. Al momento de que se hizo la inauguración, el reordenamiento anunciado por el Ayuntamiento está patente al no permitir la instalación del comercio informal ni de otro tipo de estructuras invasoras.
En la zona hay presencia constante de la policía municipal, especialmente de elementos de la dirección de Tránsito, vigilando que no se emplacen los ambulantes. Los únicos que están ahí frecuentemente son los taxistas autorizados, mientras que, el resto de los comerciantes que trató de instalarse a tempranas horas para ofrecer sus productos frente al recinto, fue desalojado por la policía municipal.
Dado que la avenida principal es la 119 Poniente, siendo la única ruta de acceso a la CETRAM, el único comercio informal que se aprecia sobre esta vialidad está ubicado casi en la esquina de la calle 11 Sur, por dónde entrarán la mayor parte de los futuros pasajeros. En ese lugar hay un considerable número de vendedores de comida, ropa y juguetes, aunque se mantienen distantes de la central de autobuses.
Por mucho tiempo el comercio de la zona ha sido un problema para la gente de Agua Santa, en específico por la presencia de una organización, la “Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre” (UPVA). Este grupo ha sido señalado de acaparar el espacio público sin autorización e inclusive de practicar el cobro por derecho de piso y “protección” contra los vecinos de la unidad, razón por la que tuvieron que cerrar la 11 Sur a modo de protesta.
Por si fuera poco, también se ha visto que los ambulantes invaden y se apoderan, de manera indebida, el espacio en el Hospital General del Sur, obstruyendo el tránsito de peatones que acuden a una consulta médica al lugar.
Por el momento, la zona permanece libre de ambulantaje, con la vigilancia frecuente de las autoridades municipales y sin obstrucciones en la vía pública ni en las ciclopistas que se dispusieron en el lugar. Faltará ver cómo se desarrolla la actividad en las próximas semanas, conforme aumente la afluencia de usuarios, el número de viajes y la demanda de servicios en el sitio, pues tiene limitados espacios para comerciantes al interior del lugar.
Por el contrario, en la CAPU los ambulantes controlan la zona
Lo anterior no es algo que se vea en la CAPU que está al norte de la ciudad, pues ahí el comercio informal controla la mayoría de los espacios públicos, como banquetas y puentes, impidiendo así el flujo ordenado de peatones y hasta el de los autos en la zona. A día de hoy, los ambulantes en la CAPU están en todas las calles circundantes, el bulevar Norte, avenida de la Pradera y el bulevar Carmen Serdán.
En este caso, se vuelve complicado el simple hecho de caminar en la banqueta, puesto que estas siempre están invadidas por comerciantes, vendedores de comida, de dulces típicos y demás artículos como correas para perro o productos de limpieza y ropa. Esto lo hacen ante la mirada expectante de las autoridades, pues no se han podido hacer cargo de este problema desde hace muchos años.
Por si fuera poco, también se han apoderado de los cruces peatonales y de los puentes que se construyeron para la adecuación de la zona al instalar la línea tres del RUTA. Debajo de estas estructuras se hace evidente que los comerciantes colocaron sus locales, que permanecen por las noches, y que sólo cerraron por unos días durante la pandemia de covid-19.
Esto lo hacen gracias al respaldo de la UPVA 28 de octubre, que controla la mayor parte del comercio informal en la zona, además de la presencia de Antorcha Campesina, otra organización que promueve el ambulantaje. Aunque se ha tratado de reducir su presencia con operativos y programas de reordenamiento, estos siempre vuelven y se apropian directamente de las banquetas alrededor de la CAPU.