Rechazados BUAP olvidan que las reglas de admisión están puestas desde un principio

Rechazados BUAP olvidan que las reglas de admisión están puestas desde un principio

Foto: Enfoque

Como cada año, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) inició su proceso de admisión para quienes pasaron el examen y, también como cada año, los rechazados se manifiestan para exigir que los acepten. Esto pasa todo el tiempo después de que se dan a conocer los resultados, no obstante que la institución tiene el número de ingresos establecido.

 

El colectivo Frente Estudiantil Educación para Todos se manifestó en el zócalo para exigir a la BUAP la apertura de más de 90 lugares para quienes no pasaron el examen este año. Los rechazados piden los espacios para Medicina y Derecho.

 

 

Pese a la necedad de cada año de los rechazados, en la mayoría de los casos la universidad no abre más espacios porque las reglas de admisión están puestas desde un principio. Solamente en algunas ocasiones y bajo condiciones específicas, la institución dio cabida a quienes pasaron el examen en primera instancia.

 

Fue el 8 de agosto del 2023 cuando la BUAP abrió más lugares para los estudiantes que presentaron su examen de admisión y no alcanzaron el puntaje necesario. Esto se hizo bajo el concepto de “Corrimiento y Lugares Disponibles 2023”, convocatoria que se abrió del 9 al 10 de agosto, para nivel medio superior y superior, tanto para planteles regionales como para la ciudad.

 

Dicho corrimiento se dio por los casos en los que sí aprobaron su examen, pero no completaron el resto del proceso, o bien, no cumplieron a cabalidad con los requisitos marcados en la convocatoria de inscripción. De igual forma, sólo estaba disponible para aquellas personas que presentaron el examen, es decir, no cualquiera que quisiera inscribirse.

 

Lo anterior significa que, diferencia de lo que exigen cada año los rechazados, en esta segunda vuelta de inscripciones no se abrieron más espacios ni se amplió la matrícula. Simplemente se les dio la oportunidad de ocupar los espacios que quedaron vacantes si aprobaron la prueba, pero no concretaron su ingreso a la BUAP.

 

Una ocasión en la que no hubo rechazados fue en el proceso de admisión 2020, cuando la institución aplicó el programa “Rechazo Cero”, dando acceso a más de 17,000 estudiantes de preparatoria. Más tarde, también se amplió para licenciaturas, dejando la prueba para Medicina en planteles regionales y otros 28 programas de alta demanda.

 

Otro reclamo de los rechazados es que la universidad está próxima a inaugurar Ciudad Universitaria 2; sin embargo, los quejosos desconocen que con esta obra sí se incrementó el número de estudiantes en casi 5,300 cupos más, en algunas ingenierías.

 

Además, el hecho de exigir la apertura de un puñado de espacios únicamente para unas carreras en específico también sería contrario a los principios de igualdad en los que compitieron todos los aspirantes de este u otros años. En todos los casos, las y los interesados en ingresar a la BUAP aplican la misma prueba, con variaciones entre las áreas de especialidad.

 

En su plantón, los rechazados intentan convencer que con el examen de admisión se les niega el derecho a la educación a "miles de jóvenes".

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