Estadio Cuauhtémoc, una millonaria inversión que nunca dio frutos

Estadio Cuauhtémoc, una millonaria inversión que nunca dio frutos

Foto: Enfoque

El 5 de julio inició otra temporada de la Liga MX con el Club Puebla en el partido inaugural, aunque los titulares relacionados al equipo camotero, más allá de su victoria, se dieron en torno al Estadio Cuauhtémoc. Hace casi nueve años este recinto deportivo fue remodelado con una fuerte inversión por parte del gobierno estatal, aunque en los hechos no siempre ha llamado la atención de los espectadores.

 

Usuarios en redes sociales reportaron que, en la cabecera norte, la cubierta hecha de etileno tetrafluoroetileno (ETFE) presentó algunos paneles rotos, esto a nueve años de que fuera remodelado. En teoría, este material tiene una gran resistencia a la temperatura y a los trabajos mecánicos, además de que está fabricado para durar más de 50 años, pero en Puebla es la segunda ocasión que se ve un daño así.

 

 

La remodelación del estadio se hizo con la intención de albergar eventos de talla nacional o internacional, aunque en los hechos no ha cumplido con la expectativa y han sido más episodios polémicos que de emoción en el estadio.

 

¿Valió la pena la inversión?

 

El proyecto inicial nació en 2013 cuando el exgobernador Rafael Moreno Valle anunció la remodelación integral del estadio, a fin de que este pudiera albergar eventos de la Olimpiada Nacional del 2014. Al principio se dijo que el monto destinado para la intervención sería de 688 millones de pesos, aunque para la conclusión de las obras, la cifra se elevó a 731 mdp en la ampliación y rehabilitación.

 

Para transformar el estadio se publicó la licitación LO-921002954-N205-2014, y esta quedó en manos de la firma Acapro de Hidalgo S.A. de C.V. También se comentó que el estadio tendría nuevo nombre, con rumores de que serían el banco Multiva, la empresa de pinturas Comex y la textilera Providencia las interesadas, aunque nunca hubo tal licitación para cambiarle el nombre al sitio.

 

Las obras en el coloso de la colonia Maravillas iniciaron en noviembre del 2014 y terminaron en noviembre del 2015, e incluyeron la cubierta metálica recubierta con ETFE, iluminación, gradas asientos numerados y remodelación de palcos. Lo más llamativo fue la ampliación, pues agregaron dos cabeceras, elevando la capacidad, de 35,000 a 51,726 espectadores y 426 palcos.

 

Entre las amenidades que se incluyeron están las rampas y espacios para personas con discapacidad, separación por secciones, cuatro megapantallas en las esquinas del estadio y estacionamiento mejor seccionado. También se mantuvieron prácticas de antaño como los vendedores que transitan por los pasillos a mitad del partido y los revendedores que operan en las inmediaciones del estadio.

 

Con un espectáculo de pirotecnia para la reinauguración, el gobernador regaló los boletos para el partido entre el Club Puebla y Boca Juniors, de Argentina, aunque el recinto todavía no estaba terminado al 100 %. Dicho partido se celebró la noche del 18 de noviembre del 2015, tres meses después de la fecha anunciada para agosto y sin concluir el estacionamiento, algunos baños, sin pasto en áreas verdes, sin toda la iluminación, letreros improvisados y sólo dos de las cuatro megapantallas.

 

También hubo críticas por la obra tal como se terminó, ya que antes se mostraban proyectos completamente diferentes a lo que se ve hoy en día. Para el colmo, al poco tiempo de su reapertura ya había desperfectos en la fachada, ya que en enero del 2016, menos de dos meses después, casi una fila entera se desprendió y el club lo justificó con supuestas obras de mantenimiento.

 

Y es que el equipo poblano no ha sido capaz de convocar a grandes cantidades, a menos que haya partidos contra conjuntos como el América, las Chivas, Pumas, Cruz Azul, Tigres o Monterrey, clubes que pintan el Cuauhtémoc con sus colores, por lo que ni el estadio ni la afición pesa. Esto sucede con todo y que el equipo cuenta con dos grupos de animación que tienen un número limitado de integrantes.

 

Ello pasa aún cuando hay partidos internacionales, pues el 3 de febrero del 2016 el equipo jugó el repechaje de la Copa Libertadores, el torneo más importante del continente a nivel de clubes. En el encuentro con Racing apenas entraron poco más de 15,000 espectadores y por momentos se escuchaba con más fuerza a la barra del equipo visitante que era un puñado.  

 

Tras su remodelación, el Cuauhtémoc ha sido uno de los estadios de la Liga MX con la asistencia más baja temporada tras temporada. Según el portal Transfermarkt, en la temporada Clausura 2024, el estadio acumuló 244,313 espectadores en todo el torneo y promedió una asistencia de 14,371 aficionados del partido, siendo su mejor entrada contra el Cruz Azul, con más de 31,000 personas, la mayoría con la intención de ver a la Máquina.

 

Por otra parte, la inversión que se hizo para hacerlo lucir mejor hoy en día quedó relegada, pues desde hace años no se enciende la luminaria que antes adornaba la cubierta con colores del equipo. Además, persisten problemas como la falta de regulación en el estacionamiento y los precios de los boletos que no atraen a los aficionados, quienes nueve años después, siguen sin hacer que el Cuauhtémoc sea un estadio de peso en la liga.

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