En la era digital, millones de personas se conectan a internet diariamente desde diferentes dispositivos y proporcionan datos a empresas de tecnología. Esta información se utiliza para fines comerciales y de mercadeo, así como para crear una identificación conocida como “identidad digital”.
Ante esta situación, varios países están avanzando en la creación de legislaciones para proteger esta identidad digital, la cual abarca datos privados y sensibles, como información de salud y bancaria. La protección de estos datos es crucial para salvaguardar la integridad y seguridad de las personas.
Estas identidades digitales y sus potenciales riesgos son un tema recurrente en las reformas laborales que afectan a plataformas digitales como Didi, Uber y Rappi. La adopción de sistemas de reconocimiento de identidad plena para los trabajadores digitales, bajo la protección del derecho de hábeas data, tiene como fin garantizar la transparencia y seguridad en el manejo de datos personales.
La identidad digital es el conjunto de datos que las empresas tecnológicas tienen para identificar a una persona, como el nombre, correo electrónico y datos biométricos (reconocimiento facial y huellas dactilares), los cuales permiten verificar la autenticidad de una persona en internet.
De acuerdo con los expertos, los sistemas de identidad digital tienen varias ventajas para el funcionamiento seguro y eficiente dentro de las plataformas digitales. Entre los beneficios, destaca la protección de datos personales, que minimiza los riesgos de fraude y suplantación. Gracias a tecnologías avanzadas como el reconocimiento facial o la verificación de voz, las empresas pueden garantizar que quien hace cada tarea está correctamente registrado.
La validación de las identidades digitales genera confianza tanto en los usuarios como en las plataformas, lo que es importante para el éxito de cualquier servicio digital. En plataformas de entregas, saber que el repartidor está plenamente identificado brinda certeza y seguridad.
