El cambio climático no causa los huracanes, pero sí modifica su intensidad e impacto en el planeta, indica un informe de la organización ecologista Greenpeace publicado este martes.
"Los ciclones tropicales no son producto del cambio climático; estas tormentas han existido mucho antes de la acumulación de emisiones antropogénicas, sin embargo, lo que ha cambiado es su intensidad y el impacto que tienen", dijo Pablo Ramírez, experto de la organización en temas de calentamiento global.
Conocidos también como tifones o ciclones tropicales en diferentes partes del mundo, estos fenómenos climáticos necesitan cuatro ingredientes clave para formarse: calor en la capa superior del océano; un alto grado de humedad en el aire; vientos favorables; y rotación del sistema.
"Los huracanes son tormentas masivas que se arremolinan rápidamente alrededor de un centro de aire caliente", define Greenpeace en un análisis de los procesos climáticos de los ciclones tropicales, que se consideran huracanes cuando alcanzan vientos sostenidos de más de 120 kilómetros por hora (km/h).
El huracán Beryl, potencialmente catastrófico, marcó este martes un récord como el más temprano formado en una temporada anual de ciclones tropicales, con vientos sostenidos de 260 km/h y rachas de 325 km/h, en ruta hacia Jamaica.
Se espera que llegue a las costas de la península mexicana de Yucatán este jueves.
El informe presenta imágenes sobre el huracán Patricia tomadas desde la Estación Espacial Internacional, cuando impactó sobre la costa mexicana del Pacífico el 23 de octubre de 2015, catalogado como el más poderoso a nivel global en términos de vientos máximos sostenidos de 305 kilómetros km/h y rachas de 400 km/h.