El actor de cine para adultos Austin Wolf, cuyo nombre real es Justin Health Smith, fue arrestado por cargos como posesión y distribución de material de abuso sexual de menores. Casos como el de Austin Wolf no son sucesos aislados, ya que la industria del entretenimiento para adultos está plagada de vicios que, en su mayoría, permanecen ocultos para el grueso de los consumidores.
La aprehensión de Austin Wolf se dio el pasado 28 de junio, pero se supo de su implicación en el caso debido a que el FBI incautó el teléfono de un socio, en el que se dieron cuenta de que compartía ese tipo de contenidos con el actor. A través de Telegram, Austin y el otro detenido tenían “cientos de videos de pornografía” en la que se veían escenas grotescas que involucraban a menores de edad, así informaron las autoridades.
El actor, que tiene una página en Onlyfans, enfrenta graves cargos por posesión y distribución de pornografía infantil, sumándose a la larga lista de escándalos en la industria del XXX. Además de este caso, la industria del entretenimiento para adultos está rodeada de numerosas polémicas que casi nunca llegan a quienes consumen este tipo de contenidos.
La otra cara del entretenimiento para adultos
Abuso de drogas, suicidios, delitos sexuales, incidentes en medio de filmaciones, así como personas que participan en contra de su voluntad y son víctimas de otros ilícitos, o bien, malas condiciones de trabajo, son algunos de los vicios ocultos dentro de la industria pornográfica.
Por ejemplo, algo de lo más común en la industria es la adicción a más drogas, ya que los actores viven rodeados de exigencias y excesos, lo que los lleva a desarrollar dependencia a alguna sustancia. Prueba de ello es la actriz Emily Willis, quién en febrero de este año fue hospitalizada de emergencia tras una sobredosis que se provocó estando internada en una clínica de rehabilitación, pues antes ya tenía problemas de drogas.
Otra persona que sufrió los efectos de una adicción fue la actriz Randi Newton, quien además de volverse alcohólica, entró en una severa depresión. Antes de ser intérprete para adultos trabajó en un centro nocturno, por lo que tenía que incitar a sus clientes a tomar, algo que le pasó factura y la llevó al alcoholismo, volviéndose su único “alivio” y la causa de su muerte.
Así como ellas, existen muchos casos de actrices y actores que, o se vuelven adictos para continuar con el desarrollo de su trabajo, o bien, terminan con su vida por sobredosis. Olivia Nova, Olivia Lua, Yuri Beltrán, Shyla Stylez y August Ames son otros casos trágicos, las dos primeras muertas por sobredosis con apenas 20 años, la última, Ames, se quitó la vida por otras razones.
Y es que las drogas no son el único camino que lleva a las estrellas XXX a la muerte, pues también hay quienes se suicidan ante lo abrumadora y exigente que es la industria y la forma en que los tratan los consumidores.
August Ames es el ejemplo de cómo el acoso en redes llevó a alguien a quitarse la vida, pues se orquestó toda una campaña en su contra. En 2017 la actriz se negó a una escena con un actor que también rodaba porno gay, por lo que la tacharon de homófoba y la acosaron por Twitter, hoy X, hasta que se suicidó ahorcada en su casa de California; sólo tenía 23 años al momento de su muerte.
La muerte de las cinco actrices antes mencionadas entre 2017 y 2018 encendió las alarmas sobre las condiciones laborales en Estados Unidos. Otra cuestión común en dicha industria es la corta edad a la que incursionan las y los modelos, pues son jóvenes los que se han quitado la vida con edades de los 20 a los 25 años.
Por si fuera poco, las estrellas, y no tan estrellas, también se tienen que sobreponer a los constantes abusos que se dan en medio de las filmaciones de sus escenas, en muchas ocasiones perpetrados por sus propios compañeros. En diciembre del 2016, la actriz Nikki Benz, de entonces 36 años, denunció que la violaron en un rodaje, al grado de que incluso le causaron heridas rectales que sangraron.
On set bullying, rape, & violence should never happen. #NoMeansNo on camera, off camera. Just NO!
— NIKKI BENZ (@nikkibenz) December 20, 2016
Pese a esto, las autoridades no le dieron demasiada atención a sus quejas ante la falta de pruebas y las contrademandas del director y el actor que abusaron de ella. Esto no es extraño en la industria del porno, pues hay un historial de modelos que denunciaron los abusos y la violencia excesiva, todo cobijado y solapado por las grandes productoras que controlan el medio, como Brazzers.
Brazzers owns the porn industry. Women have no other choice than to accept the abuse or not feed their families. Follow the money.
— Dana DeArmond (@danadearmond) December 20, 2016
No obstante, este tipo de denuncias difícilmente tienen alguna repercusión porque las y los protagonistas de las películas no tienen respaldo de las autoridades y se enfrentan a la estigmatización social. Aunado a esto, también están expuestos al contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS) con todo y lo rigurosos que son los controles de salud en la actualidad.
Anteriormente se sabía de actores, principalmente en los años 1980, que sabiendo de sus enfermedades como VIH o sífilis, evadían fácilmente los filtros para contagiar a propósito a sus compañeras. Hoy los controles son más estrictos, pero es común que haya enfermedades, como el caso de Dianariussx, quien en 2019 dio positivo a VIH a los 18 años tras rodar una escena con Nacho Vidal.
Ese mismo año las actrices y actores de todo el mundo se sumaron a un paro laboral para exigir que haya mejores condiciones ante un posible acto de contagio masivo en la industria. Esta situación develó como en Latinoamérica y Europa, los filtros de salud son nulos, pues a diferencia de los de EU donde se hacen pruebas cada 15 días, en esas regiones hay normas que no cuidan a los partícipes.