Becas universales en México, ¿un cambio en las políticas educativas?

Becas universales en México, ¿un cambio en las políticas educativas?

Foto: FreePik

Por años, las becas para los estudiantes estuvieron reservadas para dos sectores en específico: los de las calificaciones más altas o los de escasos recursos que las necesitaban para no desertar. Esto cambió con la Cuarta Transformación, toda vez que ahora se apostará por otorgarlas sin considerar esos u otros criterios, algo que podría tener múltiples beneficios a los jóvenes mexicanos.

 

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, expuso que en su gobierno las becas serán universales para los alumnos de nivel básico a partir del 2025. La primera etapa beneficiará a 5.9 millones de estudiantes con un fondo superior a los 34,000 millones de pesos, aunque este se irá expandiendo y se mejorarán otros apoyos, como las ya existentes Becas Benito Juárez.

 

Aunque se han criticado los programas sociales como una medida clientelar del gobierno federal, en los hechos estos también significan beneficios para quienes los reciben, especialmente los estudiantes más desfavorecidos. Deserción escolar, más recursos para los materiales escolares y un incentivo extra para seguir con los estudios, son parte del impacto que suponen las becas universales de estudiantes.

 

 

¿Cómo impactarían las becas universales?

 

En primer lugar, es un hecho que este tipo de apoyos tiene un impacto positivo para que los jóvenes estudiantes no abandonen sus estudios. Un ejemplo claro de esto son las Becas Benito Juárez, ya que entre el ciclo escolar 2018-2019, se reportaba un índice de abandono del 14.2 %, mientras que para el periodo 2022-2023 bajó al 8.7 %, es decir, casi a la mitad gracias a la implementación de las becas.

 

Eso no es todo, ya que al inicio de la presente administración, por cada 100 niños que ingresaban a la primaria, solamente 66 llegaban al nivel medio superior, cifra que incrementó hasta 84 alumnos que alcanzan dicha nivel. Si bien no es el único factor que propicia este incremento de estudiantes, sí es un aliciente que reduce el número de abandono escolar.

 

En este sentido, las becas universales podrían reducir la deserción escolar aún más al dar un incentivo económico para que los estudiantes continúen con sus estudios. De igual forma, al estar disponibles para todos, sin importar la situación económica o desempeño académico, se prevé que más jóvenes permanezcan en la escuela por más tiempo en los próximos años.

 

Otro beneficio de las becas universales sería usarlas como una motivación para seguir adelante con los estudios y asistir con mayor regularidad y entusiasmo a las clases. Las becas son un incentivo económico que hace la educación más inclusiva y equitativa para todos los estudiantes, eliminando así las preocupaciones por los costos extras para materiales educativos y demás pagos.

 

Y es que para muchos estudiantes es una realidad el sufrir por no poder comprar los materiales para las clases, tales como libros, listas de útiles, cursos extras, equipo de cómputo o internet, uniformes o zapatos, por lo que una beca constante ayudaría a cubrir estos y otros gastos.

 

Además, también tendrían un impacto tangible en la forma en que los estudiantes van a la escuela, pues muchos van a las aulas sin siquiera haber desayunado. Está comprobado que ir a clases sin comer antes afecta directamente al rendimiento escolar y el aprendizaje, aunado al hecho de que contribuye a problemas de salud que también impiden un óptimo aprovechamiento.

 

Sin embargo, hay quienes señalan que este tipo de programa sociales pueden ser contraproducentes, ya que, como se dijo antes, servían para incentivar el esfuerzo académico, mientras que al ser universales ya no habría tal motivación para los estudiantes de mejor rendimiento.

 

Más allá de los beneficios que podrían tener los estudiantes, surge la interrogante de qué tan productivo sería para mejorar la calidad académica. Como se dijo antes, las becas disminuyen el nivel de abandono escolar y nivelan las condiciones para los estudiantes, aunque esto no implica que, en automático, el rendimiento escolar sea mejor, pues eso también depende de factores.

 

En este tenor, el gobierno debe cerciorarse de que las instituciones educativas de todos los grados tengan los recursos necesarios para llegar a los más altos niveles de calidad. Esto incluye más y mejor capacitación para el personal docente y una inversión continua en infraestructura para que haya equipos y condiciones idóneas para el aprovechamiento.

 

Las becas universales como las que pretende instaurar la próxima presidenta tienen el potencial de hacer de la educación una herramienta más equitativa e incluyente, aunque el éxito de este programa dependerá de que se complemente con otras medidas como la inversión en materiales educativos de calidad, infraestructura y personal docente mejor capacitado.

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