Derecho al parto respetado: ¿se aplica en México?

Derecho al parto respetado: ¿se aplica en México?

Foto: FreePik

El Día Mundial de los Derechos del Nacimiento y el Parto Respetado se celebra el 7 de junio. Esta fecha tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia que tiene el nacimiento de todo ser humano.

 

Además, pretende hacer valer y respetar los derechos que tienen todos los niños y madres del mundo para que el nacimiento se lleve a cabo de la manera menos traumática posible, siempre pensando en la mujer y en el bienestar del futuro bebé.

 

Según la OMS, toda mujer tiene derecho a una atención prenatal adecuada y un papel central en todos los aspectos de dicha atención, incluyendo la participación en la planificaciónejecución y evaluación de la atención. Los factores socialesemocionales y sicológicos son fundamentales para comprender la manera de prestar una atención perinatal adecuada".

 

El concepto de parto respetado hace referencia a una modalidad de atención médica caracterizada por el respeto a los derechos en el momento del nacimiento. Es decir, en consonancia con las necesidades y deseos de la familia. Cuando se habla de parto respetado, se habla de generar un espacio amigable donde la persona gestante y su bebé sean protagonistas, y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible. Cada cuerpo es distinto, cada nacimiento lo es, y por ello es fundamental contar con información actualizada, que cada persona decida por sí misma y que pueda estar acompañada de profesionales responsables.

 

Todo ello con el objetivo de poner fin a la violencia obstétrica, que es la más frecuente, ya que no existe justificación en ninguna región geográfica para que más del 15 % de los partos sean por cesárea, como tampoco el uso rutinario de la episiotomía. Es preciso que los partos se respeten, que la vida intrauterina y extrauterina se resguarde y se haga un acompañamiento durante el puerperio según el reloj de sus propios cuerpos y necesidades, y no por una generalidad impuesta.

 

A partir de los años noventa y hasta la actualidad, la tasa de partos por cesárea ha ido en aumento, convirtiéndose en un fenómeno mundial con una mayor práctica en países de medianos y altos ingresos. En 2017México ocupó el segundo lugar en la tasa de cesáreas, tanto en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como a nivel mundial (46.8 y 48.7 % respectivamente). La comunidad científica ha demostrado que cuando la cesárea está justificada desde el punto de vista médico es eficaz para prevenir la morbimortalidad materna y perinatal. Por el contrario, cuando se utiliza la cesárea sin las indicaciones correctas, los riesgos sobrepasan los beneficios y se transgreden los derechos reproductivos de las mujeres.

 

Entre las razones de este fenómeno destaca el hecho de que la cesárea resulta más conveniente para los médicos, ya que les permite el control del lugar y la fecha en que ocurre. En México no existen estudios o informes cuantitativos sobre violencia obstétrica; sin embargo, en 2020, por primera vez, el número de nacimientos por cesárea superó al de partos naturales y llegó a ser más del 50 %, de acuerdo con datos preliminares del Subsistema de Información sobre Nacimientos (SINAC) de la Secretaría de Salud.

 

La cifra disminuyó el año pasado; sin embargo, se mantuvo muy por encima del 10 % que recomienda la OMS; de cada 100 partos a nivel nacional, se practicaron 46 cesáreas.

 

A veces se utiliza la expresión de que no hace falta estar “sufriendo” con un parto, y muchos médicos ponen en juego la idea de comodidad: tanto para ellos como para la mujer, no pasar más de 12 horas de labor de parto y con dolores, sino con anestesia y en un horario programado.

 

La cesárea innecesaria es un problema multifactorial relacionado con razones de carácter sociocultural, económico, demográfico, aspectos clínicos o del desempeño de la práctica médica y de la organización de los servicios de salud. Se ha observado una mayor acción de esta práctica clínica en mujeres menores de 20 mayores de 34 años. Algunas mujeres con experiencias traumáticas o complicaciones en partos anteriores creen que el parto vaginal no es posible después de una cesárea y esto puede influir en el incremento de esta práctica a solicitud materna. No obstante, la evidencia científica ha demostrado que la demanda de las mujeres no es un impulsor sustancial del problema actual del uso de cesáreas innecesarias, y que los esfuerzos para reducirlas deben respetar firmemente sus derechos a elegir la forma de nacimiento.

 

La episiotomía, el corte entre la vagina y el ano para favorecer el parto, se considera una violencia más sobre la mujer cuando esta no se lleva a cabo atendiendo a criterios sanitarios. Esta práctica es una de las causas más frecuentes de infección, hemorragia o incontinencias futuras de las mujeres.

 

El parto inducido no dispone de beneficios ni evidencias científicas para embarazos sin complicaciones antes de la semana 41 de gestación, pero aun así es más habitual en muchas ocasiones por facilitar o acelerar el trabajo a los médicos.

 

De acuerdo con la OMS, el uso de ventosas o fórceps no disminuye el riesgo de precisar una cesárea y puede ocasionar complicaciones como desgarros en la vagina o esfínter de la mujer o dolor crónico. En el caso del recién nacido, puede llegar a ocasionar fractura de cráneo, hemorragias intracraneales, parálisis facial y un aumento importante en el riesgo de necesitar hospitalizaciones por esta cuestión.

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