Pautas numéricas para entender el resultado electoral

Pautas numéricas para entender el resultado electoral

Al cierre de esta edición se continua el cómputo distrital de los votos que determinará el resultado oficial y que concluirá a más tardar el sábado. No se esperan cambios significativos, los resultados son avasalladores: más de 17 millones de votos de diferencia entre el primer y segundo lugar y mayoría absoluta en ambas cámaras para el partido oficial. ¿Increíble?

 

No, las encuestadoras lo anunciaron consistentemente todo el tiempo, las encuestas de salida (a boca de urna) lo ratificaron, las más acertadas Mendoza & Blanco, Demotecnia y De las Heras. Sólo una (Massive Caller) le dio ventaja a Xóchitl Gálvez, suficiente para que la derecha lo tomara como piedra angular en la que basó su fantasioso triunfo. Algunos, los reductos más ignorantes de derecha no terminan por aceptar la realidad y han llegado a hablar de fraude; mientras que, dirigentes e intelectuales orgánicos se van deslindado de ellos.

 

Hay muchos elementos para entender lo que pasó, más allá de los elementos cualitativos ampliamente conocidos como: a) la popularidad de López Obrador; b) la falta de liderazgos en la oposición y c) la mala reputación del PRIAN, vamos a enunciar elementos cuantitativos que pudieran ser pautas más claras para entender la histórica votación.

 

1. Se trata del respaldo electoral más amplio en la historia democrática moderna de nuestro país. Claudia Sheinbaum ganó en todos los estados y en todos los estratos demográficos y económicos de la población. Aunque si matizamos un poco más podemos ver que los mayores electores de Morena fueron los habitantes del sur del país (donde triunfó con más del 80% de los votos). Personas con ingresos bajos y nivel de escolaridad media (secundaria), ahí está el voto medular que la propuesta de Sheinbaum no abandonó.

 

Elaboración propia con datos de PREP (INE, 2024)

 

A diferencia de las propuestas de Gálvez que no estuvieron dirigidas a un segmento específico, fueron difusas, ambiguas y racionalmente engañosas al intentar conciliar agendas progresistas con conservadoras. En términos de mercadotecnia política ese es el mayor error estratégico. Incluso Álvarez Máynez que se enfocó en un segmento muy específico (jóvenes universitarios de clase media que votaban por primera vez) tuvo un crecimiento notable.

 

2. La derecha utilizó una fórmula desgastada: miedos y mentiras. El mismo publicista que orquestó la campaña de miedo contra López Obrador fue contratado por Gálvez, pero se olvidó que hay un electorado con 6 y 12 años de experiencia que hoy tienen más de 25 años de edad y que han aprendido de eventos pasados. Por otro lado, las generaciones nuevas (primo-votantes) no asimilaron el mensaje porque la aversión al miedo la procesan de forma diferente: con la desconfianza.

 

3. Desconocieron al pueblo real y construyeron una burbuja en internet, específicamente en X (antes Twitter). Esa red social reporta sólo 17 millones de cuentas mexicanas, si suponemos que no hubiera bots (cuentas automatizadas) eso es menos del 10% del electorado. Aún así se dedicaron a insultar, a menospreciar, a enviar mensajes clasistas y de odio: “ayer convencí a mi ‘muchacha’ que vote por Xochitl”, “yo convencí al repartidor o le dejo de comprar…”. Ignoraron que la clase trabajadora en México representa el 80% de la población y que la suma del ingreso del 60% de la población más pobre es igual al ingreso del 10% más rico. ¿Cómo querían que ese electorado se identificara con ellos?

 

4. Y ese nivel de pobreza y desigualdad histórica, causada por el PRIAN (¿por qué piensan que a las generaciones se les olvidó como era México antes de 2018?) hizo muy significativo el peso de los programas sociales: 25 millones de mexicanos reciben algún programa social. Otros 20 millones se beneficiaron del aumento extraordinario al salario mínimo en este sexenio. Son los millones de mexicanos olvidados en sexenios pasados, entonces no votaron por Sheinbaum los ignorantes, es una experiencia electoral acumulada.

 

Por último, se les olvidó algo importantísimo, sin quitar el mérito de la compañera Claudia, pero López Obrador ha forjado una lucha transgeneracional: algunos le siguen desde la toma de pozos petroleros o la reinstalación de electricidad en Tabasco, hoy ya son abuelos y reciben su pensión del Bienestar (12% del padrón).

 

Otros no tan viejos, desde el desafuero, están prontos a jubilarse y saben que la reforma a las AFORES será benéfica (29% del padrón). Un poco más jóvenes, desde el fraude de 2006 y luego con el movimiento #YoSoy132, ya trabajamos y las reformas laborales nos beneficiaron (32% padrón).

 

A los más jovencitos, como mis alumnos (27% del padrón), les cuento de esta historia, pero no he tenido que hablar tanto, ellos saben que están en una universidad que se hizo gratuita en este sexenio y reciben una beca que les permite estudiar y soñar con otro mundo posible. Es una relación de mucho tiempo, ¿cómo le íbamos a fallar a ese viejito?, amor con amor se paga.

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

Twitter: @BandalaCarlos