La sequía ya alcanzó a las purificadoras de agua

La sequía ya alcanzó a las purificadoras de agua

Foto: Freepik

La escasez de agua llegó a las purificadoras de agua, que ya comienzan a sufrir los estragos de este fenómeno, orillando a algunos propietarios a pensar seriamente en cerrar su negocio.

 

Como el caso de Luis Guzmán García, quien es dueño de una purificadora de agua y platicó en entrevista con Imagen Poblana.

 

"Es un tema un tanto incierto, obviamente a mí sí me inquieta esa parte a corto plazo, porque este es el único ingreso que de momento tengo. He tratado de hablar con el proveedor para poder apoyarnos y seguir contando con el líquido y no tener la necesidad de cerrar por falta de agua".

 

Aseguró que sí existe un desabastecimiento de agua en garrafones de 20 litros, por lo que en ocasiones han tenido que suspender el servicio por un par de horas, ante la falta del vital líquido.

 

Mencionó el propietario que aún no han llegado al extremo de condicionar la venta de agua exclusivamente a un número determinado de garrafones, "pero a cierta hora tenemos que suspender el servicio, no tanto como cerrar el local, pero sí suspender el servicio, por falta de líquido, quizás unas dos horas".

 

 

Eso, añadió, les cambia la logística de entrega, porque han tenido que repartir el agua dos o tres horas después de lo previsto, "hay ocasiones que estamos entregando a las 8 de la noche los últimos pedidos".

 

El empresario manifiesta que el desabastecimiento de agua también ha provocado que la pipa que transporta el líquido llegue hasta con 8 horas de retraso. "Tratamos de programar el horario para no tener desabasto, pero entendemos que no somos el único cliente del distribuidor y eso implica que nos llegue hasta dos horas de retraso, aunque la programemos con un día de anticipación".

 

Asimismo, el comerciante dijo que sí han tenido la necesidad de incrementar el costo por garrafón de agua, ya que el precio de la pipa se fue hasta 30 % sobre su precio, "es una cadena, el costo de la pipa, de los insumos y otros factores que influyen".

 

Incluso, mencionó que han tenido que modificar los horarios de trabajo, en función del abastecimiento de agua, abriendo más tarde de lo acostumbrado, pero también cerrando el local hasta atender al último cliente.

 

Finalmente, el propietario aseguró que sus ventas no se han visto del todo afectadas, es decir, no bajó el número de clientes, derivado de la sequía y del incremento del precio, pero sí se presentó un desajuste en la frecuencia de compra de los clientes.

 

"Sí hay clientes que nos compraban cada ocho días, ahora nos están comprando cada quince días, han tratado de racionar su líquido de casa", sentenció.

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