Como una iniciativa del medio de comunicación argentino “20 Minutos”, desde el 2013 se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Perro sin Raza, una fecha en la que se busca fomentar la adopción de perros mestizos y callejeros que pasaron por situaciones de abandono. Estas acciones cambian la vida de los animales, pero también las de las personas que deciden darles una nueva oportunidad.
En entrevista para Imagen Poblana, Mariana Acosta Vargas de la fundación “Patitas enlodadas” comentó cuáles son los beneficios de adoptar a un perro sin raza y cómo esto ayuda a la persona que le da un nuevo hogar. De igual forma, habló sobre la forma en que se hacen los procesos de adopción para perros mestizos, así como la importancia de hacer esto en un estado como Puebla.
Mariana Acosta lleva 14 años trabajando a través de Patitas enlodadas, antes de la pandemia incluso con un albergue físico, pero ahora junto a otras organizaciones se centra en fomentar el cuidado y la adopción de perros sin raza. La fundación les encuentra un nuevo hogar adecuado y con personas que les den condiciones de vida dignas, y los entregan desparasitados, esterilizados y vacunados.
Mariana dijo que en México el problema de los perros callejeros es preocupante, ya que de los 23 millones de perros que hay en el país, cerca del 70 % vive en la calle, según cifras del INEGI. En el caso de Puebla, Mariana refirió que se estima que por cada cuatro personas hay un perro en la calle. En ambos casos, agregó, hay perros de raza en abandono, pero es un problema que se ve más con los mestizos.
Desde su punto de vista, el hecho de adoptar un perro mestizo que viene de un contexto vulnerable es especial porque se les cambia la vida y ellos lo agradecen. Dijo que hay estudios en los que las personas en situaciones de apremio, durante la pandemia por ejemplo, adoptaron un can para sobrepasar los momentos difíciles.
“El estado de ánimo mejora con una mascota, hay muchas personas que hoy en día deciden no tener hijos y las mascotas se han vuelto una parte esencial de la familia, son las ahora reconocidas como familias multiespecie”, dijo.
Sobre las creencias de que estos perros tienen menos requerimientos de salud, Mariana acotó que no es del todo cierto, pues dependerá de la mezcla de razas que haya detrás, por lo que es importante tenerles cuidado como a cualquier otro. Sobre la forma de alimentarlos, dijo que a todos se les debe dar la misma alimentación de calidad, fijándose más en la talla del animal que en la raza.
“Lo que he podido ver en todos estos años es que hemos cambiado vidas y aquí se cambian dos, tanto de la persona que adopta como del perrito en cuestión”, aseveró.
Recordó el caso de una mujer de 80 años que atravesaba por una depresión, por lo que adoptó una perra de edad avanzada que vivió sus últimos años muy feliz, pues le volvió a dar vida. Una vez que la mujer fallece, la perra entró en un cuadro de depresión que, a la postre, la llevó a la muerte, pero fue muestra de la conexión que forjaron en poco tiempo.
En lo particular, Mariana se ha quedado con muchas satisfacciones y con mucha reflexión. Explicó que al empezar con estas acciones, la mayoría tiene la idea de ayudar a todos los animales vulnerables, pero conforme avanzan se percatan de que pueden incidir en otros ámbitos como el legislativo, educar a la población o tocar puertas con diputados, ediles y gobernantes para que escuchen sus demandas.
Reiteró que esta no es una labor que se haga en solitario, ya que siempre se necesita del apoyo de personas que compartan la misma causa e incluso de los medios de comunicación para dar difusión en lo que sea relevante de comunicar.
“Me ha cambiado la vida porque te vuelves un mejor ser humano, ya no eres tan egoísta ni narcisista. La satisfacción más grande como protectora de animales es ver cómo rescatas un perrito y conseguirle una gran familia”, dijo Mariana. Añadió que también aprendió a no aferrarse porque hay casos en los que el mayor acto de amor a un perro es dormirlo y evitarle sufrimiento.
La adopción de perros sin raza en Puebla
Para adoptar un perro mestizo en Puebla, Mariana aclaró que lo más importante es asegurarse de que irá a un buen hogar en el que no los regresarán a la calle y en el que tampoco sufrirá de maltrato.
Cuando su fundación tiene un perro en adopción, lo primero es que los interesados llenen un registro de preadopción donde el animal se va con ellos por 15 días de prueba para ver si hay adaptación. Para ello, piden una serie de requisitos y documentos como evidencia del lugar donde estará el perro, comprobante de domicilio, referencias, si tienen veterinario y otros requerimientos.
Lo anterior, dijo, les sirve para cerciorarse de que la persona que quiere adoptar es apta para adoptar. El factor más determinante será que, durante una entrevista personal, observarán si el animal y la persona tienen ese “click”, es decir, una conexión. Si esta no existe o no se percibe, se descarta completamente al adoptante, pero si sí, se le da seguimiento al caso.
Mariana afirmó que este es un requerimiento que hace ella y se replica con casi todas las rescatistas en Puebla, aunque algunas incluso piden firmar un contrato de adopción. Todos estos requisitos hacen que la gente vea la adopción como algo tardado, pero esto tiene un objetivo. Además, agregó que si no se es apto para cumplir con dichos lineamientos, se puede ayudar de otras formas.
“Nosotros sacamos a los animales del maltrato animal o de ser callejeros y lo que menos queremos es que caiga en lo mismo, por eso somos tan exigentes. Cuando la gente no quiere pasar por estos trámites, se le invita a que en Puebla, uno de los estados con más sobrepoblación canina, en cualquier colonia va a encontrar un perrito que pueden rescatar sin ningún filtro”, finalizó Mariana.
En el caso de su fundación, Mariana Acosta explicó que pueden contactarlos directo en Facebook e Instagram, encontrándolos como “Fundación patitas Enlodadas AC”, o en X con el usuario @FUNDAPEPUEBLA para mayores informes.
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