La crisis hídrica en México se ha agudizado debido a una prolongada sequía que afecta a casi el 82 por ciento del territorio nacional. En lo que va de 2024, se ha registrado un déficit de lluvias de 5.4 milímetros, lo que representa un 24.5 por ciento por debajo del promedio histórico. Esta situación ha llevado a una significativa disminución en los niveles de agua de las principales presas del país.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el agua almacenada en las 210 principales presas del país ha disminuido un 26 por ciento respecto a la media histórica, dejando un total disponible de 64,933 millones de metros cúbicos de agua.
En el estado de Puebla, las presas también muestran niveles críticos de agua. La presa Manuel Ávila Camacho en Valsequillo ha visto una reducción de su nivel de agua en un 12 por ciento y actualmente está al 50 por ciento de su capacidad. Otras presas en Puebla, como la presa de Tenango en Huauchinango, registran niveles aún más bajos, alcanzando solo el 29 por ciento de su capacidad. La presa La Soledad en Tlatlauquitepec está al 44 por ciento, mientras que la presa Necaxa se encuentra al 66 por ciento de su capacidad, siendo esta última crucial para la generación de energía eléctrica. Por otro lado, la presa Nexapa es la única que mantiene un nivel relativamente alto, al 90 por ciento de su capacidad.
La presa Manuel Ávila Camacho, de uso agrícola, actualmente almacena 151.60 millones de litros de agua de una capacidad total de 300.65 hectómetros cúbicos. Su función principal es el riego agrícola de los terrenos del Valle de Tecamachalco, Tlacotepec y Tehuacán, además de actuar como un vaso de sedimentación para las cuencas de los ríos Atoyac-Sahuapan y Alseseca, en Puebla y Tlaxcala.
Dos presas compartidas con el estado de Hidalgo también están en niveles críticos: Los Reyes al 31 por ciento y La Laguna al 14 por ciento.
Desde marzo de este año, los niveles de agua en las presas han disminuido considerablemente. Por ejemplo, en ese mes, la presa de Nexapa estaba al 103 por ciento de su capacidad, mientras que la presa Necaxa estaba al 81 por ciento, la Manuel Ávila Camacho al 73 por ciento, la de Tenango al 48 por ciento y La Soledad al 39 por ciento de su capacidad.
En febrero, Conagua informó que el 47 por ciento de los municipios de Puebla, es decir, 102 de los 217 municipios, presentaban condiciones de sequía. Esta situación tiene graves consecuencias para la población, como malnutrición infantil, pérdida de cosechas, inseguridad alimentaria y enfermedades derivadas del consumo de agua no potable. La falta de agua afecta también la agricultura, la ganadería y la industria, causando escasez de alimentos y la desaparición de especies vegetales y animales.
Las presas son fundamentales en la gestión de los recursos hídricos en el país, cumpliendo funciones críticas como el almacenamiento de agua, permitiendo su recolección y conservación durante periodos de abundancia para su uso en tiempos de escasez. Además, juegan un papel crucial en el control de inundaciones, regulando el flujo de agua y previniendo daños en zonas pobladas e infraestructura.
La prolongada sequía y la consecuente baja en los niveles de las presas subrayan la urgencia de implementar medidas efectivas para la gestión sostenible de los recursos hídricos, así como la necesidad de buscar soluciones a largo plazo para mitigar los efectos del cambio climático en el país.