Enfermería, la infravalorada columna vertebral de los sistemas de salud

Enfermería, la infravalorada columna vertebral de los sistemas de salud

Foto: Enfoque

Desde 1965, el Consejo Internacional de Enfermería celebra el Día Internacional de la Enfermería, en honor a Florence Nightingale, mujer a la que se le atribuye la creación de esta carrera profesional. La celebración tiene como objetivo reconocer a quienes se dedican a esta profesión, considerada la columna vertebral de los sistemas de salud en todo el mundo.

 

En nuestro país, esta es una profesión poco valorada en la que cada año surgen más y más jóvenes que se adentran en el campo laboral que cada vez está más competido. Entre el número de vacantes disponibles y los egresados que hay en Puebla, esta profesión se enfrenta a múltiples retos en cuanto a la gratificación que se da a estos trabajadores de la salud.

 

Y es que, a pesar de ser una labor tan importante para el sistema de salud de Puebla, los salarios para las y los enfermeros no son acorde a todas las tareas que llevan a cabo. Por si fuera poco, las enfermeras se enfrentan a un trabajo en el que hay déficit de personal y no alcanza para cubrir cabalmente a las personas que requieren de sus servicios.

 

De acuerdo a los datos del Sistema de Información Administrativa de los Recursos Humanos de Enfermería (SIARHE), con corte al 2022, en todo el país hay 334,964 enfermeras y enfermeros, de los cuales 12,521 laboran en Puebla. Esto significa que Puebla concentra al 3.73 % del total de enfermeros y enfermeras, lo que es un déficit de acuerdo a lo recomendado por organizaciones internacionales.

 

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo ideal es que haya, como mínimo, nueve enfermeros por cada 1,000 habitantes, mientras que en Puebla sólo hay 0.8 por cada 1,000 habitantes, es decir, faltan más de ocho profesionistas en el sector salud por cada 1,000 poblanos.

 

Desglosado por el número de profesionistas por especialidad, hoy en día hay 44 personas como auxiliares de enfermería, 1977 técnicos de enfermería y 260 más como postécnicos, sumados a los 388 con licenciatura en enfermería y obstétrica, más 2,888 con licenciatura en enfermería, 487 con especialidad, 465 que cuentan con maestría y sólo nueve con doctorado.

 

Este déficit persiste a pesar de que cada año miles de estudiantes egresan de las carreras de enfermería. Según datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en el ciclo escolar 2022-2023, en Puebla hubo un total de 63,062, de los cuales 14,168 corresponden a estudiantes de enfermería, es decir, más del 100 % de los que hay actualmente en funciones.

 

El hecho de que los miles de egresados no cuenten con espacios dentro del mundo laboral para el que se formaron obedece a múltiples factores, como el hecho de que la mayoría se adentran en un ámbito competitivo en el que hay miles de estudiantes que salen de la facultad cada año y se tienen que enfrentar entre ellos para hacerse de un espacio como enfermeros en su primer empleo.

 

Muchos de los recién egresados se ven incapacitados de llegar a su primer empleo debido a que se requiere experiencia para el cargo, algo que muchos no consiguen antes de egresar, o bien, por las condiciones de trabajo como los bajos salarios y la alta demanda de labores. Lo anterior se da porque en ocasiones es bien sabido que el personal de enfermería de los hospitales trabaja jornadas de más de 12 horas, ya sea por el déficit de personal o la sobrecarga de trabajo.

 

Además de esto, los profesionistas de la enfermería se enfrentan a un panorama en el que su carrera no es bien remunerada. De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esta es la profesión número 11 de las peor pagadas a nivel nacional, pues en promedio se perciben sueldos de 10,320 pesos mensuales.

 

El personal de enfermería en Puebla se enfrenta a estas dificultades a pesar de que su labor es esencial para el sistema de salud público, pero también del privado; sin embargo, no siempre tienen el reconocimiento o valoración adecuada para la labor que hacen, algo que quedó plasmado en los meses más álgidos de la pandemia por covid-19, cuando fue el personal de enfermería el primero en dar atención a los pacientes de la enfermedad.

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