Reza el refrán, "no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla" y, después de un año de espera, se inauguró la Feria de Puebla 2024, la cual se llevará a cabo del 25 de abril al 12 de mayo y abarcará una extensa gama de entretenimiento, gastronomía poblana, expo comercial, industrial y artesanal, así como una oferta nocturna plagada de los artistas del momento.
Pero, así como llega la diversión para los miles de visitantes, esta viene acompañada de eventos o contratiempos que empañan el momento y terminan por arruinar el entretenimiento.
Un dolor de cabeza que año con año está presente y no se da una solución real es el tema de los franeleros y los puestos ambulantes. En la pasada edición de la Feria de Puebla, los franeleros llegaron a cobrar hasta 300 pesos por un lugar de estacionamiento, que muchas veces era arriba de la banqueta o en terrenos abandonados por sus propietarios.
Los puestos de comida ambulante, que proliferan en las inmediaciones, provocan la molestia de los vecinos de la zona, además de que impiden el libre tránsito de los asistentes, provocando aglomeraciones, presentándose otro problema: el robo de carteras, bolsas y celulares.
La cartelera de la Feria del Pueblo también genera grandes concentraciones de personas, que se dan cita desde muy temprano para hacer grandes filas en espera de poder ver a su artista favorito únicamente con el costo de entrada a la feria, que este año es de 50 pesos, provocando la molestia de los visitantes que no pueden ingresar de manera normal y tienen que ocupar su lugar dentro de la inmensa "cola".
Las peleas callejeras dentro de las instalaciones del recinto ferial también llegan a esta celebración, en su mayoría provocadas al calor de las copas. La cantidad de litros de alcohol que se vende a diestra y siniestra, principalmente a jóvenes que muchas veces no controlan su temperamento bajo los influjos de las bebidas embriagantes, han provocado grandes trifulcas, como la sucedida el año pasado en el palenque de la feria, donde se registró una pelea en el concierto de Alfredo Olivas.
Como en todas las ferias, los taxistas hacen su agosto en pleno mes de abril al elevar sus tarifas, especialmente las nocturnas, ya que en muchas ocasiones no hay servicio de transporte público y aprovechan el momento para incrementar el costo, y el abuso se incrementa si el taxista detecta que el pasajero viene en estado etílico.
Asistir a la feria es motivo de ser parte de la celebración para muchos visitantes, quienes no quieren perder la oportunidad de degustar de la diversa oferta gastronómica o de tomarse una cerveza. Sin embargo, los costos de los platillos poblanos son bastante elevados en comparación con los precios que se manejan de forma ordinaria. Sumado a esto, muy pocos stands de comida o bebidas tienen visibles los precios de sus productos.
El año pasado se dieron actos de discriminación, uno en el concierto de Ricky Martín y otro en la presentación de Julión Álvarez en el palenque. En el primer caso, dos personas con discapacidad fueron víctimas de este acto, debido a que les impidieron la entrada a la explanada de la Plaza la Victoria, a pesar de que se formaron desde las 7:00 de la mañana. En el segundo hecho, a un deportista con capacidad diferente y con boleto en mano le negaron el acceso, con el argumento de que eran órdenes que tenían que acatar los elementos de seguridad.
Por ello, es importante adoptar algunas medidas para que la visita a la Feria de Puebla resulte ser una gran experiencia y no termine en un trago amargo.
En la medida de lo posible, hacer uso del estacionamiento público del recinto para evitar el pago excesivo a los franeleros, o en el mejor de los casos, hacer uso de los traslados gratuitos que parten de diversos puntos de la ciudad.
No acudir con grandes cantidades de dinero o con celulares de alta gama, ya que eso es llamativo para los ladrones, que en cualquier momento buscarán la oportunidad de cometer su fechoría. De hacerlo, evitar al máximo exponerse de forma pública.
Una recomendación muy seria es no excederse en el consumo de alcohol, ya que de esta forma podrían evitarse problemas o peleas con desconocidos, además de que se evitaría sufrir un atraco, incluso del mismo bar o restaurante.
Para evitar el "robo" de los taxistas, se recomienda pedir ayuda a un familiar o amigo para que, al abandonar las instalaciones de la feria, de forma segura sea llevado a su casa y no pagar los altos precios.