Mientras Tigres sanciona a Nahuel, el Puebla solapa a sus jugadores agresivos

La grandeza de un equipo no solamente se demuestra dentro de la cancha, sino también por sus decisiones fuera del terreno de juego y Tigres ha mostrado todo su crecimiento con la reprenda que aplicará a su leyenda, el portero Nahuel Guzmán, luego de su reprochable actitud en el Clásico Regio el fin de semana, disciplina que en el Puebla de la Franja no se aplicará a los jugadores que tuvieron una actitud violenta en contra de la silbante Katia Itzel García.

El arquero argentino apuntó con un láser al portero de Rayados, Esteban Andrada, durante el cotejo que terminó empatado 3 a 3 el sábado pasado, y esto le causará una sanción por parte de la directiva, al menos así lo aseguró el mandamás felino, Antonio Sancho, durante una entrevista en las últimas horas.

Además del castigo, el propio futbolista tuvo que publicar un comunicado en sus redes sociales para hacerse cargo de su desatino, mientras que el club también fijó postura a través de sus canales oficiales de comunicación con tal de ofrecer disculpas por el lamentable hecho durante un partido de alta trascendencia para el conjunto universitario.

Sin embargo, este comportamiento no se repite en todos los equipos y en el Puebla no ha habido ningún indicio de reprenda en contra del paraguayo Sebastián Olmedo y el mediocampista Fernando Navarro, luego de su reprobable actitud en contra de la silbante del partido en donde la Franja perdió 1-0 ante Cruz Azul, el viernes pasado.

García tuvo decisiones polémicas y necesitó de la asistencia por parte del VAR para corregir algunos desatinos, pero la marcación del penal de último minuto que terminó dándole la victoria a la máquina desató la furia de Olmedo y Navarro, quienes no dudaron en increparla, gritonearle e incluso empujarla, actitudes que quedaron grabadas en la transmisión televisiva.

A pesar esta situación, no hubo reporte por parte de la jueza, por lo que la Comisión de Arbitraje no aplicó ningún castigo a los elementos camoteros, mientras que el propio club tampoco fijó postura del comportamiento de sus elementos y mucho menos los futbolistas se hicieron cargo de esos actos, al menos de forma pública.