El empresario tecnológico Elon Musk, predijo que para el año 2025, veremos el nacer de una forma de inteligencia artificial (IA) que superará la inteligencia de cualquier ser humano en el planeta. Además, espera que para el año 2029, esta tecnología alcance un nivel en el que supere las capacidades combinadas de toda la humanidad.
Estas declaraciones sacudieron el mundo de las IA y avivaron el debate sobre el futuro de la coexistencia entre humanos y máquinas. Inclusive figuras como Ray Kurzweil, exingeniero de Google, respaldó estas predicciones, aunque con un marco temporal más amplio. Kurzweil sugiere que para el 2029, la IA alcanzará la inteligencia humana general y para 2045, tendrá la capacidad de mejorar y evolucionar por sí misma, trayendo consigo avances sin precedentes en campos como la medicina.
Por su parte, Sam Altman, CEO de OpenAI, se unió a esta visión futurista y expresó que su equipo está enfocado en crear una nueva generación de IA que tenga la capacidad de entender y controlar otras tecnologías, planteando varias interrogantes en cuanto al potencial de estas máquinas para sustituir las habilidades cognitivas del humano.
La industria tecnológica tiene como objetivo crear sistemas de IA que no solo imiten el procesamiento cognitivo humano, sino que lo superen en todos los aspectos imaginables. Sin embargo, el rápido avance de esta tecnología también generó preocupaciones sobre la ética, la seguridad y la gobernanza.
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