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Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Macquarie de Australia, liderado por el doctor Daniel Natusch, reveló el potencial de las pitones criadas en granjas como una nueva forma eficiente y ecológica de producción de alimentos.
Los hallazgos dicen que estas serpientes tienen una capacidad excepcional para transformar la comida en aumento de peso, superando al ganado convencional como pollos y vacas. Según Natusch, las pitones alcanzan rápidamente el peso ideal para el sacrificio en su primer año de vidas tras la eclosión, y su carne, de color blanca, contiene niveles elevados de proteínas.
Además, el investigador aseguró que estos animales de sangre fría requieren muy poca agua, pudiendo sobrevivir con el rocío que cae entre sus escamas. Su dieta incluye roedores y otras plagas que amenazan los cultivos, mientras que su producción de gases de efecto invernadero es mucho menor comparada con los mamíferos.
“Demostramos que las granjas de serpientes pueden convertir eficazmente muchos residuos agrícolas en proteínas, al tiempo que producen relativamente pocos residuos propios”, aseguró Natusch.
Aproximadamente el 82 % del peso vivo de las pitones se puede aprovechar, tanto su piel, como la grasa y la vesícula biliar, esta última para propósitos médicos. Sin embargo, a pesar de los beneficios, los científicos reconocen que es poco probable que países europeos o Australia adopten la cría de pitones, aunque sea popular en algunas naciones asiáticas.
