Actualmente, los asistentes virtuales como Siri, Alexa o Google Assistant llegaron a convertirse en herramientas de uso diario entre las personas gracias a que simplifican la ejecución de tareas con comandos de voz. Sin embargo, una característica que predomina en estos asistentes es que todos tienen voz femenina, una elección que trasciende la funcionalidad y se adentra en el campo de la sicología, la tecnología y la sociología.
Algunas investigaciones aseguran que las voces femeninas facilitan la aceptación y la conexión entre humanos e inteligencias artificiales. Esto se basa en la percepción de la calidez y la humanidad que evocan este tipo de voces, haciendo que los usuarios las sientan amigables y reconfortantes.
Esta decisión tiene como objetivo crear experiencias intuitivas y agradables para los usuarios. Sin embargo, la elección también es un reflejo de las dinámicas socioculturales arraigadas, donde los roles de asistencia con frecuencia son asignados a mujeres.
Pero a pesar de la predominancia de las voces femeninas, algunos desarrolladores están ofreciendo más opciones para personalizar y diversificar los asistentes para evitar perpetuar estereotipos de género. La tendencia hacia la inclusión y la diversidad es la respuesta a una mayor conciencia sobre cuestiones de género y es el resultado de los esfuerzos de las compañías tecnológicas para ser más inclusivas y representativas.
La elección de estas voces abrió un debate que abarca desde la sicología hasta la ética tecnológica y la representación dentro de esta.
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