Caza de animales, otro cruel deporte del que casi nadie habla

Caza de animales, otro cruel deporte del que casi nadie habla

Foto: FreePik

La caza de animales es una actividad que consiste en perseguir, capturar y matar a distintas especies de fauna silvestre y, aunque en esencia podría ser igual o más cruel que la tauromaquia, las protestas suelen ser mínimas o pasar inadvertidas.

 

En teoría, ambas actividades son legales en muchos países, pero mientras las protestas de los animalistas se centran en cancelar la tauromaquia, poca es la oposición hacia la cacería, aun cuándo esta se hace de manera furtiva.

 

La cacería

 

En México, la caza se practica tanto de forma ilegal como legal, y esta última está regulada por la Ley General de Vida Silvestre, cuyo reglamento establece las especies, las temporadas, las zonas y los permisos para realizarla.

 

Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en México se pueden cazar legalmente más de 100 especies de animales, entre las que destacan el venado cola blanca, el jabalí, el puma, el oso negro, el lobo mexicano, el coyote, el conejo, la liebre, el pato, la codorniz, la paloma y el faisán.

 

Sin embargo, la caza también afecta a especies en peligro de extinción, como el jaguar, el águila real, la guacamaya roja, el loro cabeza amarilla, el manatí, la tortuga marina y el cocodrilo, entre otras cuya captura o muerte es ilegal.

 

No obstante, en la realidad vemos que estos animales son cazados por su valor económico en el mercado negro, donde se venden sus pieles, plumas, huevos, colmillos o partes con supuestos compuestos medicinales.

 

La caza de animales ha generado una fuerte controversia entre sus defensores y sus detractores, que la consideran una forma de maltrato animal y una amenaza para la biodiversidad.

 

En México y en el mundo, diversas organizaciones y movimientos animalistas han protestado contra esta práctica; sin embargo, estas han pasado prácticamente inadvertidas al grado en que poco se habla sobre ajustes a la legislación vigente.

 

En una búsqueda en la web podemos encontrar que las manifestaciones, marchas, campañas, denuncias, boicots y acciones directas, como la liberación de animales o el sabotaje de las instalaciones de los cazadores, se ha llevado a cabo principalmente en España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Costa Rica, Argentina y Chile.

 

Una de las principales críticas que se le hace a la caza de animales es que se trata de una actividad cruel e innecesaria, que solo busca el placer de matar por matar, sin respetar la vida y el sufrimiento de los seres sintientes.

 

Los animalistas argumentan que la caza no es un deporte, sino una forma de violencia, que no contribuye a la conservación ni al equilibrio ecológico, sino que los pone en riesgo

 

¿Hay diferencia con la tauromaquia?

 

Muy pocas son las críticas que hacen referencia a que la caza de animales se asemeja a la tauromaquia, otra tradición que implica la tortura y la muerte de un toro que también ha sido cuestionada y rechazada por los animalistas, que la consideran una barbarie y una vergüenza para la humanidad.

 

La diferencia técnica entre la caza y la tauromaquia radica en que la primera se efectúa en el hábitat natural de los animales, mientras que la segunda se práctica en un escenario artificial y controlado, además, la caza se dirige a diversas especies de animales, mientras que la tauromaquia se enfoca en una sola: el toro de lidia.

 

Sin embargo, resulta imperante el hecho de que ambas prácticas implican el sufrimiento y la muerte de los animales como espectáculo o entretenimiento.

 

La muerte o asesinato de los animales es, por tanto, un tema polémico y complejo, que enfrenta a distintas visiones éticas, culturales, económicas y ecológicas.

 

Mientras algunos la defienden como un derecho, una tradición, una fuente de ingresos o una forma de manejo de la fauna, otros la condenan como un crimen, una atrocidad, un desperdicio o una amenaza para la naturaleza.

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