Ya finalizó enero y con ello se avecinan las primeras festividades de febrero, iniciando el 2 con el día de la Candelaria, una fecha en la que aquellas personas a las que les salió el niño en la rosca de reyes, ahora tienen que pagar los respectivos tamales. Esto puede ser un buen día para los tamaleros, que si bien esperan el día para tener mejores ventas, la realidad es que tienen un panorama complicado.
En entrevista con Imagen Poblana, Gerardo Mendoza, vendedor de tamales en el Centro Histórico, aseguró que para el día de la Candelaria espera vender, como mínimo, diez veces lo de un día normal. Pese a dicha estimación, dijo que este número es mucho menor a lo que vendía años antes en la misma fecha, ya que el precio de este alimento ha ido en aumento.
Gerardo es vendedor junto a toda su familia, pues los cinco integrantes se reparten en distintos puntos de la ciudad para vender sus tamales desde hace años. Detalló que, si bien el negocio de los tamales tiene altas y bajas, para ellos el día de la Candelaria es especial porque la gente debe pagar los tamales de la rosca, por lo que van con ellos a levantar sus pedidos.
Sin embargo, afirmó que en los últimos años la venta en este día, uno de los mejores para los tamaleros, ha bajado sustancialmente. Este año Gerardo tiene proyectado vender al menos 400 tamales para el día de la Candelaria, es decir, diez veces más de lo que vende en un día, pues agregó que diariamente se llevan cerca de 40 tamales de su puesto.
Esta es una ganancia sustancialmente mejor, ya que sus tamales los vende en 14 pesos cada uno. Esto significa que si en un día normal gana un aproximado de 560 pesos, durante el día de la Candelaria sus ventas le dejan dividendos cercanos a los 5,600 pesos en el mejor de los escenarios, algo que nadie, ni en un buen momento, logra en una jornada ordinaria.
Aunado a las ventas del día, también hay personas que se acercan y le hacen pedidos con anticipación; hoy ya tiene en puerta uno de 64 tamales, por lo que las ventas y las ganancias podrían ser aún más grandes.
Dicha cantidad es algo que solamente corresponde a él, en su triciclo, pues en lo que respecta al resto de su familia, todos tienen la misma meta. Con todo esto, la realidad es que las ventas son más bajas que en otros años, pues se enfrentan al hecho de que sus productos cada vez son más caros.
“Sin embargo, los tamales ya no son tan baratos, pero lo que nosotros tratamos de hacer es darle a la gente lo mejor, dar calidad y no por cantidad”, dijo Gerardo.
Para cumplir con una producción de tal magnitud, los comerciantes requieren hacer fuertes inversiones; si antes compraban un kilo de jitomate, por ejemplo, para el 2 de febrero se verán obligados a comprar hasta diez kilos. Algo similar sucede con los demás ingredientes, como la masa, carne, hojas y salsas, a fin de preparar cerca de 2,000 tamales que todos esperan vender.
Lo anterior significa una inversión, como mínimo, de 3,500 pesos para los tamales que cada uno de los integrantes de su familia pretende vender. Aunque las ganancias puedan sonar demasiado, tomando en cuenta el monto de la inversión, al final del día las ganancias por lo vendido son menos de 2,000 pesos por 400 tamales.
Por si fuera poco, en los últimos años las ventas son cada vez más bajas, pues en un día de la Candelaria. entre toda la familia vendían más de 2,500 tamales, pero hoy, como ya lo dijo, en el mejor de los escenarios esperan despachar 2,000 tamales.