El año está por finalizar y muchas personas se preparan para celebrar la cena rodeados de sus seres queridos, aunque para algunos el espíritu festivo se vive en circunstancias muy diferentes a las del resto. La atención médica es una profesión que no conoce de vacaciones, ya que los hospitales son lugares donde los trabajadores tienen que atender a enfermos, y los familiares tienen que estar cerca para atenderlos, incluso si esto significa pasar la nochevieja con dificultades.
Prueba de ello es el hospital General Zona Norte, ubicado en las inmediaciones del Infonavit San Pedro, donde los familiares de los pacientes relatan cómo es que esperan pasar la última noche del año. Ellos, como en muchos otros nosocomios de Puebla y del país, tienen que conseguir algún lugar para pasar la noche o en el peor de los casos pasarla en las afueras, recostados en la calle.
Este hospital, como muchos de la entidad, se caracteriza por tener a su alrededor a los familiares de aquellos pacientes que están en una situación crítica. Aquí las personas pasarán la nochevieja sin una cena especial, sino que también están a la expectativa de las noticias que les puedan dar de sus enfermos.
Algunos podrán pasar una noche con menor agravio, ya que en cuestión de horas le darán el alta a sus pacientes, o bien, tienen la posibilidad de resguardarse en un lugar cerca del hospital. De manera contrastante, para otros el camino aún es largo y muy diferente, toda vez que esperan a que sus pacientes sean atendidos, mientras ellos acampan en la calle, con temperaturas que están previstas hasta los 7 grados.
Un caso de esto es el de la señora Sara Acevedo, quien está aquí, en las afueras del hospital desde el 21 de diciembre. Ella lleva diez días esperando la cirugía de su esposo, quien padece insuficiencia renal crónica y requiere un catéter para que se le haga diálisis. Ya tuvo que pasar la navidad ahí, por lo que esta temporada ha sido algo atípico para su familia.
“Es triste porque mis hijos los más chicos tienen ocho años y 16, ya los demás son mayores, pero los que sufren más son los chicos que buscan a su papá. Estamos tristes porque hemos visto personas fallecer ahí adentro y todos estamos en eso, esperando que salgan bien y a veces lo peor”, dijo Sara.
A pesar de que no tuvo la cena tradicional, rodeada de sus seres queridos, nuestra entrevistada mencionó que la noche del 24 de diciembre hubo un grupo voluntario que llevaron a ella y a los demás una cena que consistió en pollo rostizado, tamales y un poco de ponche caliente. Este tipo de escenas son comunes en los hospitales, pues los mismos grupos llevan café, pan y tortas, pero en estos días es especial.
Refiriéndose a hoy que nuevamente no tendrá la oportunidad de celebrar el fin de año, Sara señaló que lo más importante es que por fin le hagan la cirugía a su esposo que tanto lo necesita. Naturalmente, esto afecta a toda la familia, como bien lo dijo, a sus hijos más pequeños, y a su esposo, por lo que nadie puede celebrar estas fechas.
“Descuidamos nuestras casas, nuestros hijos. Mi hija la mayor se queda a cuidar a los más chicos y pues lloran, buscan a su papá. Hay una fractura emocional por las fechas, porque pues sí, esperas convivir con la familia y estar ahí con la familia celebrando, pero a veces no se puede”, señaló.
Lo único que augura hoy es que nuevamente lleguen los voluntarios para que le lleven algo para su cena, ya que su economía también es complicada, pues en esta situación también se ve obligada a poner de su bolsillo para el tratamiento de su pareja, reiterando que a pesar de estar en un hospital público, tiene que comprar insumos o medicamentos que ahí no tienen.
“Ya no me gustaría estar aquí, pero vamos a estar el tiempo que sea necesario para que mi esposo salga bien. Estamos tristes y emocionalmente estamos mal, porque como lo digo, es una fractura en nuestra familia, porque el más pequeño busca a su papá y llora mucho por él. Mi esposo me ha dicho ‘mejor vete y déjame aquí solo y ve a estar con los niños para que no se la pasen solos', pero yo no lo puedo dejar”, finalizó Sara.