¿Medicamentos o drogas? El peligro de las sustancias con fines recreativos

¿Medicamentos o drogas? El peligro de las sustancias con fines recreativos

Foto: Freepik

La autopsia del actor Matthew Perry, conocido por su papel de Chandler en la exitosa serie Friends, reveló que su fallecimiento fue resultado de una sobredosis accidental de ketamina, una sustancia utilizada como anestésico veterinario con efectos alucinógenos y disociativos.

 

La ketamina es un fármaco que, más allá de sus aplicaciones médicas, se ha convertido en una droga de abuso, especialmente entre los jóvenes que participan en fiestas y discotecas.

 

De acuerdo con los especialistas, la distinción principal entre un fármaco y una droga reside en el uso de la sustancia, su legalidad y su potencial adictivo y dañino.

 

Un fármaco es un principio activo utilizado para tratar o prevenir enfermedades con un propósito terapéutico y bajo control médico.

 

En contraste, una droga es una sustancia utilizada con fines recreativos para alterar el estado de ánimo o la percepción, sin indicación médica y con riesgo de generar dependencia y efectos adversos.

 

La ketamina no es la única sustancia que ha derivado en problemas al ser usada con fines recreativos en lugar de medicinales. Otras drogas que se originan a partir de fármacos incluyen la heroína, derivada de la morfina; la cocaína, extraída de la hoja de coca; y el éxtasis, sintetizado a partir de la anfetamina.

 

Hoy en día, una de las drogas más peligrosas es el fentanilo, un opiáceo sintético considerado la más destructiva en Estados Unidos.

 

Estas drogas comparten la característica de actuar sobre el sistema nervioso central, provocando sensaciones de euforia, placer, relajación o estimulación. Sin embargo, también pueden ocasionar efectos negativos como taquicardia, hipertensión, paranoia, ansiedad, depresión, alucinaciones, náuseas, vómitos, convulsiones, coma o incluso la muerte.

 

El caso de Matthew Perry resalta los peligros del consumo de drogas, especialmente aquellas obtenidas ilegalmente y sin control de calidad. El actor, quien había admitido públicamente sus problemas de adicción al alcohol y analgésicos, se convierte en otra víctima de una epidemia que afecta a millones de personas en todo el mundo, subrayando la necesidad de una mayor prevención, educación y tratamiento.

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